Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Todos sabemos que, gramaticalmente hablando, el verbo de una oración concuerda con su sujeto en número y persona: si el sujeto es singular, la forma verbal estará en singular; si el sujeto es plural, la forma verbal irá en plural. Si el sujeto es el pronombre "yo", la forma verbal irá en primera persona (del singular, naturalmente); si el sujeto es el pronombre "tú", la forma verbal irá en segunda persona (obviamente en singular)"; si el sujeto es el pronombre "él", o "ella", o cualquier sustantivo (generalmente acompañado del correspondiente artículo o de algún adjetivo), la forma verbal irá en tercera persona. Esto, que de por sí es claro, lo aclararemos aún más con algunos ejemplos.
Pero a la hora de la verdad, en nuestro medio y en otras regiones hispanohablantes, descuidamos esta concordancia.
Veamos primero los ejemplos: "Estoy en casa", "Ayer jugué un buen partido", "No me meteré en asuntos ajenos" (sujeto "yo", verbo en primera persona del singular)."Tienes fiebre", "Habías trabajado duramente", "Tendrás suerte en esta aventura" (sujeto "tú", verbo en segunda persona del singular)."No trataba bien a sus amigos", "Sus amigos no le perdonaron" (sujeto "él", "ella", "sus amigos": verbo en tercera persona; en los dos primeros casos, del singular, en el tercer caso, del plural). Sin embargo, es frecuentísima entre nosotros esta incorrección: "Son cosas que no me interesa" (Lo correcto es "son cosas que no me interesan"). "Hace falta muchos millones para este proyecto" (Lo correcto es "Hacen falta muchos millones"), etc. Leo en un texto de cierto escritor latinoamericano: "Morales y Pedro, silenciosos, aceptaron la noche y las próximas y diversas tareas que los ocuparía separándolos". Analice la frase el amable lector y descubra dónde está el gazapo .
Dibujo de: Wally Torta, tomada del blog Crack Skull Bob
Quito, Ecuador
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