domingo, 31 de mayo de 2015

«Malherido» y «mal herido» denotan significados opuestos

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Así es. El uso de estas formas está supeditado al significado que se pretenda transmitir.
«Malherido» (en una sola palabra) es el participio del verbo malherir, que en su única acepción expresa la idea de ‘herir gravemente’. Esto aplicado en una oración podría indicar, por ejemplo, que una persona está herida de gravedad. También se emplea en frases que se refieren a animales: Mi mascota resultó malherida al caerse de las escaleras.
«Mal herido» así, como una locución de dos palabras, no consta en el Diccionario; pero sí están sus componentes y a partir de su análisis se puede deducir lo siguiente:
El adverbio de modo «mal» se refiere a aquello que se hace de forma desacertada, es lo contrario a bien. «Herido» funciona como participio del verbo «herir» y también como adjetivo y sustantivo. Tiene el sentido de ‘dañado por una herida o una contusión’. Entonces, «mal herido» (en dos palabras) indica que se hirió mal a alguien; es decir, que se hirió de manera deficiente o imperfecta.
En resumen, si nuestro hado nos conduce a un momento desafortunado, para no quedar maltrechos, graves o muy estropeados es mejor que quedemos mal heridos y no malheridos.
¡Plaf, plaf!
Consta en el Diccionario como onomatopeya que se usa «para imitar el sonido que hacen algunos golpes, o los golpes mismos». Ejemplo: ¡Plaf!, retumbó la puerta al cerrarse bruscamente.
Antes de concluir, recordemos que onomatopeya es la grafía que imita o recrea un sonido. Algunos ejemplos de onomatopeyas son zas (sonido de un golpe), tictac (ruido del reloj), achís (como un estornudo), clic (sonido de un gatillo o de un interruptor), miau (imita un maullido), cricrí (recrea el canto del grillo), crac (suena como algo que se quiebra). (F)
FUENTE:
Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Linda Tracey Brandon, tomada del blog Linda Tracey Brandon's Blog
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

martes, 12 de mayo de 2015

La locución «pro tempore» va sin tilde

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Esta expresión latina está constituida por pro (que significa ‘por’) y por tempore (que denota ‘tiempo’). Pro tempore de manera literal equivale a ‘según el tiempo’.
Se usa en el idioma español como locución adverbial con los sentidos de ‘temporal o transitoriamente’. Suele constar en frases que aluden a un cargo que se va a ejercer de manera transitoria o provisional. Ejemplo: El mandatario ecuatoriano recibió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
No se recomienda el uso de la tilde, pues las nuevas normas ortográficas indican que las locuciones latinas deben recibir el mismo tratamiento que se da a las voces de otras lenguas o extranjerismos. Precisamente ese tratamiento exige que los latinismos crudos (que no se han adaptado al español) se escriban con resalte ortográfico (en cursiva o entre comillas) y sin tilde, ya que esta virgulilla no se emplea en la grafía latina.
Por su calidad de latinismo crudo, no se une el primer elemento a la base como en el vocablo proforma, sino que se escribe separado (pro tempore).
En el Diccionario (en proceso de actualización) que está en la página electrónica de la Real Academia Española (www.rae.es) figura con tilde y con letra redonda (pro témpore), pero en la última edición del Diccionario de la lengua española (DLE) consta sin tilde y en cursiva (pro tempore).
Prosuponer y prosupuesto
En el DLE tienen la etiqueta de voces desusadas. En su lugar se recomiendan las formas presuponer y presupuesto, que respectivamente significan que ‘se da por sentado o por cierto algo’ y ‘cálculo que se anticipa a la construcción de una obra’, también ‘dinero que se usa en los gastos generales’, entre otros sentidos. (F)
FUENTES:
Diccionario de la lengua española, en línea (www.rae.es); Diccionario de la lengua española (2014) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Vladimir Volegov, 
 
tomada del Facebook 
Vladimir Volegov
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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