sábado, 31 de julio de 2010

Sugerencias para evitar el dequeísmo y el queísmo.

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio

Consulta: Quisiera que explique el uso de la preposición “de” luego del verbo pensar, ocasionalmente también después de otros verbos.

Siempre he sabido que el verbo pensar no debe llevar la preposición “de” delante de su complemento. Casi a diario escucho el uso superfluo de la preposición “de” delante de los complementos con “que” de algunos verbos. Ejemplos:

-Pienso de que no es necesaria la concentración.
-Estimo de que no habrá la sesión.
-Decidí de que no era importante asistir.
-Decidimos de que no era recomendable quedarse.

Formas correctas:
-Pienso que no es necesaria la concentración.
-Estimo que no habrá la sesión.
-Decidí que no era importante asistir.
-Decidimos que no era recomendable quedarse.

Entiendo que es incorrecto usar la preposición “de” delante de “que” con verbos que no requieren esta preposición. A pesar de lo aseverado, estimo que esta norma no debe inducir a equivocación con verbos que sí requieren la preposición como “acordarse de”.

Forma incorrecta: Ella no se acordó que era necesario confirmarlo antes.
Forma correcta: Ella no se acordó de que era necesario confirmarlo antes.
(Econ. Guillermo Suéscum)

Respuesta: Cuando intercalamos innecesariamente la preposición “de” entre un verbo y la conjunción “que” incurrimos en un error gramatical llamado “dequeísmo”. Se comete dequeísmo al anteponer la preposición “de” a una oración subordinada sustantiva de sujeto o de complemento directo. El sujeto y el complemento directo nunca deben ir precedidos de preposición, así pues, son construcciones incorrectas frases como “Me alegra de que hagas ese viaje”. La estructura apropiada es “Me alegra que hagas ese viaje”.

Para saber si en una frase hay que aplicar “de” + “que” o solamente “que”, existe un método que consiste en transformar la expresión dudosa en interrogativa. Si necesitamos la preposición “de” para hacer la pregunta, en la oración que nos hace dudar también se empleará esta preposición. Aunque usted ya emitió las respuestas correctas, me parece oportuno emplear sus ejemplos (los incorrectos) para aplicar el método que menciono:

Pienso de que no es necesaria la concentración.

Nunca decimos ¿de qué pienso?, sino ¿qué pienso? y la respuesta será “pienso que no es necesaria la concentración”.

Estimo de que no habrá la sesión.

No tiene sentido preguntar ¿de qué estimo?, diremos ¿qué estimo?, lo que nos indica que la frase correcta es “estimo que no habrá la sesión”.

Decidí de que no era importante asistir.

No es congruente formular ¿de qué decidí?, pero sí ¿qué decidí? y el hilo lógico de la respuesta será “decidí que no era importante asistir”.

Decidimos de que no era recomendable quedarse.

Es incorrecta la pregunta ¿de qué decidimos?, pero ¿qué decidimos? es una frase bien estructurada que concuerda muy bien con la respuesta “decidimos que no era prudente pronunciarse”.

Otro método y el queísmo
Se sustituye la proposición subordinada que se inicia con “que” por un pronombre personal o demostrativo, practiquemos:

Decidí de que no era importante asistir = Decidí de eso.

Nótese que al reemplazar la frase que comienza con “que” por el pronombre demostrativo “eso”, la oración queda incongruente. Esto nos indica que en “Decidí de que no era importante asistir” hay dequeísmo, es decir, que la preposición “de” está de más.

El queísmo es la omisión indebida de la preposición “de” antes de la conjunción “que” cuando el régimen gramatical exige la presencia de “de” entre el verbo y el relativo “que”:

Ella no se acordó que era necesario confirmarlo antes = Ella no se acordó eso.

En esta oración hay “queísmo” porque falta la preposición “de” entre el verbo y el relativo (...no se acordó DE que...).

Hay algunos verbos que admiten las dos formas (“que” o “de que”), en esa lista están “avisar”, “advertir”, “dudar”, etcétera. Ejemplos: Te aviso que hoy no almorzaré contigo, Las autoridades nos avisaron de que hay que pagar los impuestos; Advertí que estabas llorando. Yo te advertí de que no llegaras tarde; Dudo que hayas hecho un buen trabajo. Dudo de que puedas aprobar el año lectivo
.

Pintura de: Linda Apple, tomada del blog Painting a Day Art Blog

Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com Guayaquil, Ecuador

jueves, 29 de julio de 2010

Esos pronombres...

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua


Veamos aquellos tres casos que propuse en uno de mis artículos anteriores -Esos pronombres... (I)-, descubramos dónde están los gazapos, y tratemos corregirlos.

El primer caso era este: "Te envío este pastel para que LO compartas con aquellos QUE valores su amistad". ¿Qué es lo que valora el destinatario de tan dulce don? ¿"aquellos que"? ¿o la amistad de aquellos? Parece que la idea -no sé si muy clara en el pensamiento del remitente; no tan clara, desde luego, en su expresión- es que el destinatario valora la amistad de unos amigos, y que con ellos ha de repartir el pastel que se le envía.
La redacción correcta habría de ser: "Te envío este pastel para que lo compartas con aquellos CUYA amistad valores".

El segundo caso decía: "Saludo a usted y a la institución QUE dignamente LO dirige". En primer lugar, la pregunta que se me ocurre hacer a quien redactó la carta es esta: ¿Quién dirige a quién? Parece que es el rector destinatario quien dirige LA institución. Por consiguiente, no habría de ser LO, sino LA (a LA institución, que es de género femenino, corresponde el pronombre conjuntivo átono LA).
Pero hay algo más: aun corregido el LO, y reemplazado por el LA, es absolutamente superfluo. Basta con que el redactor hubiera escrito: "Saludo a usted y a la institución QUE dignamente dirige", pues el QUE, pronombre relativo, funciona aquí como complemento directo del verbo saludar.

Finalmente, nuestro editorialista se cubrió de gloria con la pésima redacción de aquella frase que -para dejarle peor parado- los diagramadores resaltaron en el texto con negrillas y en mayor tamaño que el resto. "Un estratégico legado al Régimen QUE el pueblo LE otorgue democráticamente su conducción". Debidamente corregido, debería sonar: "... al régimen CUYA conducción le otorgue democráticamente el pueblo".

Pintura de: Irit Bourla, tomada del blog Paintings By Irit Bourla

Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec Quito, Ecuador

martes, 27 de julio de 2010

Esos pronombres

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua

Problema serio entre nosotros es el correcto uso de los pronombres "conjuntivos". ¿Qué es un pronombre "conjuntivo"? Es el que acompaña, como complemento, a un verbo. Ejemplo:
-¿Mataron el chancho?
-Sí, LO mataron.
Ese LO es pronombre conjuntivo, complemento directo del verbo "mataron".

Otros gramáticos los llaman pronombres enclíticos. D. Rafael Seco, en su Manual de gramática española, dice de ellos: “Las formas átonas me, te, nos, se, le, la, lo, los, las, de los pronombres personales, y se reflexivo, por su falta de acento prosódico, se enuncian... apoyados en las palabras adyacentes que tienen acento”.

Pongamos algunos ejemplos: “ME llamo Manuel”, “LE pagaron en efectivo”, “LA golpean feamente”, “SE callaron como muertos”, “ME LO entregaste”, “SE LO dije”, “No LAS tengo todas conmigo”, etc.
La falla común entre nosotros acaece cuando estas formas van con oraciones relativas (aquellas en las que hay un pronombre relativo: que, cual, quien, cuyo...).

Bueno, pues ahora propongamos algunos acertijos. El primero está tomado de una carta que alguien le escribe a su amigo, en la que le dice: “Te envío este pastel para que LO compartas con aquellos QUE valores su amistad”.

El segundo aparece en un oficio dirigido al rector de una prestigiosa institución educativa: “Saludo a Usted y a la institución QUE dignamente LO dirige”.

El tercero lo leí hace pocos días en el editorial de un importante diario capitalino: “Las funciones del Estado tienen la oportunidad de transmitir un estratégico legado al Régimen QUE el pueblo LE otorgue democráticamente su conducción”.

¿Pueden mis carísimas lectoras y mis no menos caros lectores investigar dónde están los gazapos...? La solución, próximamente.

Pintura de: Irit Bourla, tomada del blog Paintings By Irit Bourla

Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec Quito, Ecuador

domingo, 25 de julio de 2010

“Homofobia” es un neologismo de construcción anómala.

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio

Consulta: Le agradezco por la atención que ha dado a mis consultas anteriores y ahora propongo una con relación a una palabra que está “de moda”, pero que me parece por lo menos una ridiculez. En realidad es notorio que nos vino del inglés de Estados Unidos, en donde no hay el menor respeto por las raíces etimológicas. Se trata de la famosa “homofobia” y sus derivados. Si se ve en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) ahora es 1. ‘Aversión obsesiva a alguien o a algo’, o 2 ‘Temor irracional compulsivo’.

Esta última acepción es la que aparecía antes. Al poner un prefijo modificamos la palabra base en un sentido determinado, pero refiriéndonos al prefijo “homo” vemos que significa ‘igual’. Por lo tanto, homofobia sería el temor o la aversión a los iguales. Yo no quisiera ser homofóbico en ese sentido y tampoco lo soy en el otro. Me parece que esto necesita una aclaración. (Fausto A. Maldonado P., Quito)

Respuesta: La palabra homofobia se deriva del inglés homophobia, según el DRAE. En el diccionario Clave consta que homofobia proviene del inglés homophobia, y este de homosexual y -phobia (odio). En este diccionario figura “homo” como sinónimo de homosexual, adjetivo invariable y sustantivo común de uso coloquial. Por lo tanto, según la definición del Clave, la palabra homofobia estaría bien construida: homo (‘homosexual’) + fobia (‘aversión, temor, miedo hacia algo o alguien’) = ‘Aversión o rechazo obsesivos hacia los homosexuales’: Esta escritora habla en sus memorias de la homofobia que existía en la sociedad en la que vivió. (Significado y ejemplo del Clave).

Algo de historia
Homofobia es un neologismo que ingresó al DRAE en el 2001, también es un término nuevo en el idioma inglés. La página web de Wikipedia indica que fue utilizado por vez primera en 1971 por el psicólogo estadounidense George Weinberg.

A decir de muchos estudiosos del origen de las palabras, “homofobia” es una construcción irregular del término “fobia” (‘miedo’) con el elemento compositivo “homo-” (‘igual’), y si nos atenemos estrictamente a la etimología de esos dos elementos se puede deducir con facilidad que este vocablo significa ‘fobia a lo que es igual’ o, como usted indica, ‘temor o aversión hacia los iguales’, pero en la práctica bien sabemos que “homofobia” tiene un sentido contrario: ‘fobia o temor irracional hacia los que no se consideran iguales, porque tienen gustos o tendencias sexuales diferentes’.

Opinión de la Fundación del Español Urgente
El “Vademécum” de la Fundación del Español Urgente (Agencia Efe - BBVA) indica: «Aunque este término esté recogido en el DRAE debe evitarse. [...] Tanto el inglés –homophobia– como su traducción al español –homofobia– están mal construidos si lo que se intenta definir es la “aversión a los homosexuales”. En ambas lenguas el elemento compositivo homo- se usa, antepuesto a otro, para dar idea de semejanza o igualdad. Homógrafo (que se escribe igual), homófono (que suena igual), homónimo (que tiene el mismo nombre), homosexual (inclinado a la relación erótica con individuos del mismo sexo). Fobia (en inglés phobia) significa “apasionada o enconada aversión hacia algo”, y funciona como segundo elemento en compuestos del tipo hidrofobia (horror al agua), fotofobia (repugnancia y horror a la luz), claustrofobia (sensación de angustia en los lugares cerrados), etcétera.

Así pues, el neologismo homofobia significa “aversión a lo semejante”; por lo tanto está mal formado si lo que se quiso expresar fue “aversión a los homosexuales”. Pero, a pesar de todo se ha asentado definitivamente en nuestra lengua.

Quizás sea conveniente añadir que los anglohablantes o anglófonos, dada su proclividad a recortar y abreviar las palabras, han comenzado a utilizar homo como sustituto de homosexual, de tal forma que para muchos de ellos la palabra griega homo ha perdido su significado de “igual o semejante”. Esto que ocurrió en inglés no debiera haber ocurrido en español».

La aplicación de “homofobia” se ha extendido tanto que a estas alturas no es muy fácil eludir su empleo. Pero no está de más recomendar el uso de otras expresiones como “odio, rechazo, repulsión o miedo desmedido u obsesivo hacia los homosexuales”, aunque no entiendo el porqué de esta fobia.

Fuentes: Diccionarios Clave, DRAE, Wikipedia (La Enciclopedia Libre) y “Vademécum” de la Fundación del Español Urgente (Agencia Efe - BBVA).


Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground

Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com Guayaquil, Ecuador

viernes, 23 de julio de 2010

Controversias

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua


¿Qué es una CONTROVERSIA? Sencillo es buscar la respuesta: nos vamos al diccionario académico y la encontramos: "Discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas". De controversia derivan varios vocablos. Uno de ellos es el adjetivo CONTROVERSIAL, registrado en el Diccionario de la Academia como americanismo; es decir como palabra usada en los países hispanohablantes de América.

No define el citado Diccionario el significado de este adjetivo, sino que nos remite a un sinónimo de la misma raíz: CONTROVERTIDO: "que es objeto de discusión y da lugar a opiniones contrapuestas".

Existe también el adjetivo CONTROVERTIBLE: aquel, aquella o aquello "que se puede controvertir", que se puede debatir o discutir. Parece que en nuestro medio el adjetivo CONTROVERSIAL se usa con estas dos significaciones: la de CONTROVERTIDO y la de CONTROVERTIBLE. Dícese que un asunto es o puede ser CONTROVERSIAL; es decir, que se lo puede discutir, debatir, controvertir. Hablando de un personaje histórico, "Fulanito fue un individuo muy CONTROVERSIAL", es decir, un señor que suscitó muchas discusiones, una persona de la que unos hablaban bien y otros, no tan bien . Fue, por consiguiente, un personaje CONTROVERTIDO.

Quizás el uso de la palabra CONTROVERSIAL en el español de América -en los dos sentidos apuntados- provenga del inglés (radicado en el latín, desde luego) CONTROVERSIAL, que el Collins Cobuild Student's Dictionary define así: "Alguien o algo que suscita muchas discusiones y pareceres diversos".

Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground

Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec Quito, Ecuador

miércoles, 21 de julio de 2010

¿Antártida o Antártica?

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua


Pues las dos formas son correctas para designar aquella parte en el planeta situada hacia el polo sur. Aunque en ciertas partes hay preferencia por el uso de la una, y en otras partes, por el uso de la otra.

El Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) nos trae una excelente explicación que, por su utilidad para mis lectores y lectoras, transcribo inmediatamente:

"La forma etimológica Antártica, derivada del adjetivo latino antarcticus ('opuesto al Ártico')", la ilustra con una cita de la escritora chilena Patricia Verdugo (tomada de su libro La Casa Blanca contra Salvador Allende. Los orígenes de la guerra preventiva, publicado el año 2004): "Se trataba de una misión especial para las bases estadounidenses en la Antártica".

Ahora bien, el mismo diccionario nos advierte: "La forma Antártida -surgida por analogía con la terminación en -da de otros topónimos como Holanda, Nueva Zelanda, Atlántida, etc.- es la única usada en España y la preferida en la mayor parte de América.

¿Y un habitante de la Antártica o Antártida? ¿Será "antártido" o "antártico"? Pues nuevamente acudo al DPD, el cual me responde: "Para el adjetivo solo es válida la forma antártico: continente antártico".

Y en este sentido hay coincidencia con el diccionario académico, en el que se registra el adjetivo antártico, antártica con las siguientes significaciones: (1) "perteneciente, cercano o relativo al Polo Antártico", (2) "meridional", (3) "natural de Antártica" (usado también como nombre) o "perteneciente o relativo a esta provincia de Chile".

Pintura de: Vanessa Carolina Balleza Añez.

Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec Quito, Ecuador

lunes, 19 de julio de 2010

El plural en los nombres de los días de la semana.

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio

Consulta: De lunes a viernes da lo mismo decir “el” o “los”, es decir, “el lunes tendremos una reunión” o “todos los lunes tendremos una reunión”. El plural o el singular no cambia la forma de escribir el nombre del día. Sin embargo, esto no sucede con el sábado y domingo, donde el plural sí cambia. ¿Qué tienen estos de particular? (Enrique Vargas)

Respuesta: Los nombres de los días de la semana que terminan en “s” no varían su estructura cuando se emplean en plural. Conviene que repasemos las normas que rigen para formar el plural de las palabras:

Términos que no cambian en plural
-Las palabras que no tienen acentuación aguda y que terminan en “-s” o “-x” permanecen invariables al pluralizarlas, en este grupo entran las esdrújulas y llanas. Ejemplos: el lunes, los lunes; el martes, los martes; el miércoles, los miércoles; el jueves, los jueves; el viernes, los viernes; el virus, los virus; la tesis, las tesis; el tórax, los tórax; el bórax, los bórax; el fénix, los fénix, etcétera.

-Tampoco tienen modificaciones los vocablos agudos compuestos que finalizan con la sílaba “-piés” (con tilde): un ciempiés, varios ciempiés. Es incorrecto decir o escribir “ciempieses”.

Formas que se pluralizan con -s
-Los sustantivos o adjetivos que terminan en vocal no acentuada: el gato, los gatos; el acento, los acentos.

-Los sustantivos y adjetivos que finalizan en -á, -é, -ó: café, cafés (incorrecto cafeses); papá, papás (no se recomiendan los plurales papaes y papases).

-Los monosílabos terminados en -e: té, tés (infusión); te; tes (nombre de la letra “t”); be, bes (nombre de la “b”).

-Algunos extranjerismos españolizados que terminan en las consonantes -c, -g, -b,-p: cómic, cómics; zigzag, zigzags; pub, pubs (especie de bar). La palabra club no entra en esta regla, pues el uso ha impuesto dos plurales: clubs y clubes.

Vocablos que forman el plural con -es
-Los monosílabos o palabras agudas que terminan en -s o -x: país, países; anís, anises; mes, meses; res, reses; fax, faxes.

-Los sustantivos y adjetivos que terminan en las consonantes -l, -r, -n, -d, -j, precedidas de vocal: canal, canales; televisor, televisores; pan, panes; ciudad, ciudades; carcaj, carcajes (especie de caja).

-Los vocablos que terminan en -z también se pluralizan con -es, pero primero hay que cambiar la “z” por “c”: pez, peces; luz, luces; atroz, atroces; rapaz, rapaces.

-Los extranjerismos españolizados que terminan en las consonantes mencionadas en los dos párrafos que anteceden siguen la misma norma: píxel, píxeles; máster, másteres; pin, pines.

-Se exceptúan las palabras esdrújulas que no varían en plural: el polisíndeton, los polisíndeton (‘que consiste en repetir las conjunciones para darle fuerza a los conceptos’); y las agudas, como el travelín, los travelín (‘en cinematografía, plataforma móvil en la que va montada una cámara’). También se usa “trávelin".

Las voces que admiten -es y -s
-Para los sustantivos o adjetivos que tienen pronunciación aguda y que terminan en -í o en -ú se emplean dos formas de plural: marroquí, marroquíes; tabú, tabúes. La lengua esmerada prefiere la forma con -es: marroquíes, tabúes.

Los latinismos
Algunas de estas grafías originales no varían en plural. La Real Academia Española (RAE) recomendaba que se pluralice el determinante que las precede: los memorándum, los referéndum.

Pero hoy, y debido al uso casi generalizado, el plural de muchos latinismos se forman con las normas que rigen para el resto de palabras. Según la RAE, como regla general los latinismos hacen el plural con -s, -es o se mantienen invariables, tal como ocurre con algunas palabras provenientes de otros idiomas: ratio, ratios; plus, pluses; un lapsus, unos lapsus; déficit, déficits; hábitat, hábitats, etcétera.

Siempre es preferible el uso de las formas españolizadas, así, entre el singular currículum y el plural currículums prefiérase currículo y currículos; elija referendo y referendos, memorando y memorandos frente a referéndum y referéndums, memorándum y memorándums.

Fuentes:
Real Academia Española, Diccionario del Uso Correcto del Español en el Ecuador, de la doctora Susana Cordero de Espinosa, Ortografía Esencial del Español, de Alberto Buitrago y Agustín Torijano.

Ilustración de:

Charis Tsevis,

tomada del blog

Tsevis Visual Design

Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com Guayaquil, Ecuador

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