La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Así es. Parecen sinónimos pero no lo son. Bachillerear es intransitivo y denota que se habla mucho e impertinentemente y, según el DRAE (2014), es coloquial y desusado. En este punto, vayamos al sentido de «desusado», que se refiere a algo cuyo empleo es raro o desacostumbrado.
Bachillerar, en cambio, no tiene carácter informal y puede ser transitivo e intransitivo. Se usa para expresar que se otorga el grado de bachiller a alguien; también, que se adquiere o se toma ese título académico.
Tanto bachillerear como bachillerar resultan extraños en el Ecuador. No obstante, se pueden emplear como en las siguientes oraciones: No bachillerees tanto, sé prudente en tus comentarios. Las instituciones educativas del Estado bachilleraron a los estudiantes del Litoral. Juan se bachilleró en un colegio de educación a distancia.
Affaire es un amorío
‘Aventura o relación amorosa ocasional’ es la segunda acepción que adoptó affaire en el nuevo DRAE.
Por su característica de extranjerismo se recomienda que se escriba con resalte ortográfico: cursiva, negritas o entre comillas. Su primer significado se refiere a ‘asuntos ilícitos o escandalosos’.
Abatir también equivale a ‘hacer caer sin vida’
En esta columna se recomendó varias veces que no se empleara el verbo abatir con el sentido de ‘hacer que una persona se desplome sin vida’. Claro que esta recomendación tenía el sustento de la vigesimosegunda edición del DRAE, que indicaba que ese infinitivo significaba ‘derribar, derrocar, echar por tierra’; no se incluía la precisión de ‘derribar sin vida’.
Pero ya no hay razones para cuestionar ese uso, pues actualmente «abatir» también se refiere a ‘hacer caer sin vida a una persona o animal’, como en esta construcción:Un halcón fue abatido a tiros, pese a que está prohibido cazar especies en peligro de extinción.
FUENTES:
Diccionarios de la lengua española (2001 y 2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Diccionarios de la lengua española (2001 y 2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Vladimir Volegov,
tomada del Facebook
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador