La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
La palabra «mil» como sustantivo tiene género masculino; por lo tanto, aunque el complemento especificativo tenga género femenino, los artículos o determinantes que le preceden deben emplearse también en masculino.
En consecuencia, no es recomendable decir o escribir «las miles de mujeres», «esas miles de ejecuciones», «estas miles de víctimas», «las miles de familias», «las miles de preguntas» u otras frases de similares características; sino «los miles de mujeres», «esos miles de ejecuciones», «estos miles de víctimas», «los miles de familias», «los miles de preguntas». En estos ejemplos, cáptese que todos tienen un complemento especificativo que se ha introducido con la preposición «de».
Este complemento no se debe omitir, pues su presencia imprime precisión en la oración. Si se obvia, y decimos, por ejemplo, «hubo miles en la playa», nuestro interlocutor no va a tener la certeza de a qué o a quiénes se refiere la frase: si a «miles de bañistas», «miles de peces», «miles de yates», «miles de vendedores», «miles de fuegos artificiales»...
UNOS MIL ASISTENTES, UNAS MIL PÁGINAS
En estos casos, los plurales «unos» y «unas» modifican al cardinal «mil» aportando una idea de aproximación a la cantidad que se expresa en este número.
El uso de este artículo indeterminado o indefinido (unos, unas) se puede combinar con adverbios y locuciones que tienen igual valor semántico. Por ejemplo, se transmite la misma idea de aproximación o acercamiento con «unas mil pesetas», «aproximadamente mil pesetas», «cerca de mil pesetas», «más o menos mil pesetas» y «alrededor de mil pesetas».
Con respecto al género gramatical de los indeterminados (unos y unas), este debe concertar con el sustantivo sobre el que se está expresando la idea de acercamiento. Por ejemplo, se debe decir «unos mil dólares» y «unas mil personas» porque «unos» y «unas» concuerdan con el género de los sustantivos «dólares» y «personas».
Nótese que en las frases que preceden, el género de los artículos indefinidos no va en función del cardinal «mil», porque esta palabra no está actuando como sustantivo (ver primer párrafo) sino como adjetivo.
No se recomienda construir frases como «asistieron al concierto unas mil doscientas veinte personas», ya que resultan redundantes, pues «doscientas veinte» le agrega a «mil» una idea de precisión, no de aproximación.
TREINTA Y UN MIL ESPECIES, CUARENTA Y UNA MIL PESETAS
En frases como estas, en que la palabra «mil» media entre un numeral y un sustantivo femenino, el Diccionario panhispánico de dudas indica que la concordancia de género es opcional; por lo tanto, se puede decir «treinta y un mil hectáreas» o «treinta y una mil hectáreas». Pero en este diccionario también consta que «la concordancia en femenino se está imponiendo en la lengua actual, por analogía con la que obligatoriamente establecen los numerales referidos a centenas: setecientas mil toneladas (no setecientos mil toneladas)».
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
En consecuencia, no es recomendable decir o escribir «las miles de mujeres», «esas miles de ejecuciones», «estas miles de víctimas», «las miles de familias», «las miles de preguntas» u otras frases de similares características; sino «los miles de mujeres», «esos miles de ejecuciones», «estos miles de víctimas», «los miles de familias», «los miles de preguntas». En estos ejemplos, cáptese que todos tienen un complemento especificativo que se ha introducido con la preposición «de».
Este complemento no se debe omitir, pues su presencia imprime precisión en la oración. Si se obvia, y decimos, por ejemplo, «hubo miles en la playa», nuestro interlocutor no va a tener la certeza de a qué o a quiénes se refiere la frase: si a «miles de bañistas», «miles de peces», «miles de yates», «miles de vendedores», «miles de fuegos artificiales»...
UNOS MIL ASISTENTES, UNAS MIL PÁGINAS
En estos casos, los plurales «unos» y «unas» modifican al cardinal «mil» aportando una idea de aproximación a la cantidad que se expresa en este número.
El uso de este artículo indeterminado o indefinido (unos, unas) se puede combinar con adverbios y locuciones que tienen igual valor semántico. Por ejemplo, se transmite la misma idea de aproximación o acercamiento con «unas mil pesetas», «aproximadamente mil pesetas», «cerca de mil pesetas», «más o menos mil pesetas» y «alrededor de mil pesetas».
Con respecto al género gramatical de los indeterminados (unos y unas), este debe concertar con el sustantivo sobre el que se está expresando la idea de acercamiento. Por ejemplo, se debe decir «unos mil dólares» y «unas mil personas» porque «unos» y «unas» concuerdan con el género de los sustantivos «dólares» y «personas».
Nótese que en las frases que preceden, el género de los artículos indefinidos no va en función del cardinal «mil», porque esta palabra no está actuando como sustantivo (ver primer párrafo) sino como adjetivo.
No se recomienda construir frases como «asistieron al concierto unas mil doscientas veinte personas», ya que resultan redundantes, pues «doscientas veinte» le agrega a «mil» una idea de precisión, no de aproximación.
TREINTA Y UN MIL ESPECIES, CUARENTA Y UNA MIL PESETAS
En frases como estas, en que la palabra «mil» media entre un numeral y un sustantivo femenino, el Diccionario panhispánico de dudas indica que la concordancia de género es opcional; por lo tanto, se puede decir «treinta y un mil hectáreas» o «treinta y una mil hectáreas». Pero en este diccionario también consta que «la concordancia en femenino se está imponiendo en la lengua actual, por analogía con la que obligatoriamente establecen los numerales referidos a centenas: setecientas mil toneladas (no setecientos mil toneladas)».
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Pintura de: Michael Garmash, tomada del blog Todo por el Arte
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador