Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Un profesional es aquella persona "que ejerce una profesión". Es la primera acepción que el diccionario académico nos ofrece de este vocablo. Es adjetivo pero también se usa como nombre (o sustantivo). Una segunda acepción añade un elemento no muy grato. Nos dice el diccionario académico: "Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive". El elemento no muy grato es evidentemente la actividad delictiva. El vocablo está evidentemente emparentado con profesión: "acción y efecto de profesar". También "ceremonia eclesiástica en que alguien profesa en una orden religiosa". Y la tercera acepción, la que más conviene a nuestro propósito: "Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución". Y también es pariente del verbo profesar: "ejercer una ciencia, un arte, un oficio, etc.". O también enseñar tal ciencia, arte u oficio. Y otras varias acepciones. Pero me preguntan qué significa profesionalidad y si esta palabra tiene algo que ver -desde el punto de vista de la significación- con profesionalismo, vocablo bastante usado en la actualidad. Profesionalidad, según el diccionario académico, es la "cualidad de la persona o del organismo que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación". Como vemos, al igual que otros nombres terminados en -dad, significa una cualidad (amabilidad, cordialidad, acuciosidad, temeridad, etc.). Profesionalismo: "cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro". Como vemos, el diccionario académico asigna significaciones distintas a estos vocablos. Parece ser que muchos conciudadanos utilizan profesionalismo ("Fulanito realiza sus actividades con gran profesionalismo") en lugar de usar -más apropiadamente- profesionalidad.
Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones
Quito, Ecuador
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