Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Varias veces nos hemos referido en esta columna a los pronombres relativos. Hemos dicho de ellos que, como pronombres que son, representan al nombre, a los nombres. Y en, su caso particular, representan a un nombre que ya ha sido mencionado antes en el discurso, en la frase, y por eso se llama antecedente.
Los gramáticos actuales, a esta función de representar y referirse a un nombre anterior, la denominan "anáfora" o función "anafórica" del pronombre relativo ("anáfora" procede del verbo griego "anafórein" que significa "repetir").
Recordemos que los pronombres reflexivos más comunes en español son que, cual, quien y cuyo. Hemos visto el funcionamiento del relativo QUE como sujeto y como objeto directo.
Hoy propongo a mis lectores unos cuantos ejemplos del uso del pronombre relativo QUIEN, para que se entretengan en ver cuándo funciona como sujeto, cuándo como objeto (o complemento) directo, y cuándo realiza otras funciones (como la de circunstancial de tiempo, lugar, modo, etc.). He aquí los ejemplos (sacados del Quijote):
(1) buscar una dama de QUIEN enamorarse (Quijote, I, 1).
(2) Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a QUIEN venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha (Quijote, I, 1).
(3) en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de QUIEN él un tiempo anduvo enamorado (Quijote, I, 1).
(4) ¡Oh tú, sabio encantador, quienquiera que seas, a QUIEN ha de tocar el ser coronista desta peregrina historia! (Quijote, I, 2).
(5) esta hermosa Jarifa que he dicho es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por QUIEN yo he hecho, hago y haré los más famosos hechos de caballerías que se han visto, vean ni verán en el mundo (Quijote, I, 5).
Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador
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