«Express», vocablo inglés y también francés, se adaptó al español con la grafía exprés.
Se emplea para referirse a algunos electrodomésticos que tienen la característica de funcionar con presión para disminuir el tiempo de cocción o de ebullición.
Algunos ejemplos de estos artefactos son la olla exprés (se usa más olla de presión[no se diga a presión]), la cafetera exprés, la sartén exprés, la cantina exprés, el esterilizador exprés.
De la etimología de «express» surgen las acepciones de urgente o de prisa, y por esta particularidad se extendió su empleo a otros ámbitos, como el de los secuestros rápidos o de corta duración, que generalmente se hacen por medio de un vehículo, que puede ser de alquiler o de la propia víctima.
Con el significado que antecede se recomienda también que se emplee la palabra exprés (secuestro exprés), pues la forma extranjera (express) requiere de resalte ortográfico (cursiva, comillas) y su pronunciación resulta híbrida.
Sobre el tipo de secuestro mencionado, según el último DRAE, en el Perú se emplea la locución secuestro al paso, «que se realiza llevando en automóvil a la víctima para que con su tarjeta de crédito retire dinero de cajeros automáticos».
Huyamos de manera rauda de los secuestros y regresemos a los otros usos de exprés.
Con respecto al café que se hace en una cafetera exprés, se registran dos formas: café exprés y café expreso. Esta última tiene más acogida. El mismo tratamiento se da para referirse a un tipo de tren que circula de noche y tiene pocas paradas: El tren exprés o expreso.
Igualmente se aplican estos adjetivos para hablar del autobús que no tiene paradas intermedias; también, para mencionar la entrega urgente de cartas o mercadería: Autobús exprés o expreso. Servicio exprés o expreso. Con estos sentidos asimismo puede funcionar como sustantivo: Quiero un exprés bien calientito (o calentito). El expreso de la medianoche descarriló.
Exprés es invariable en plural: Secuestros exprés; expreso se pluraliza: Pidió varios cafés expresos.
Los políticos tuvieron un «impasse» otra vez
Esa frase indica que las negociaciones o asuntos de los políticos están en un callejón sin salida, en un punto muerto; es decir que el problema que se está tratando no avanza, no tiene visos de solución. Reflexiónese en el uso de impasse, ya que esta voz no denota pleito, pelea, desavenencia, controversia o desacuerdo.
Fuentes: Diccionario de la lengua española (2001), Diccionario panhispánico de dudas (2005); Diccionario esencial (2006), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Robin Cheers, tomada del blog A Painter's Journal
Texto tomado de: La Esquina del Idioma
Guayaquil, Ecuador
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