Ninguna de estas formas consta en el Diccionario académico, pero son las grafías que se emplean en el Ecuador y en otros países suramericanos para referirse al monigote que se quema en la medianoche del 31 de diciembre al despedir el año que termina.
Aunque la expresión «año viejo» está registrada en el Diccionario de americanismos con la acepción de ‘muñeco de figura grotesca, hecho generalmente de trapos, relleno de aserrín o papel, con una careta y vestido de ropa vieja, que se quema en la noche del 31 de diciembre’, en el Ecuador se emplea para referirse a los monigotes en general, pues aquellos de trapo y careta prácticamente se han reemplazado por los muñecos que se elaboran con materiales diversos, de tamaños variados (pequeños, medianos, gigantes), colores intensos y de figuras disímiles en las que lo grotesco no es denominador común.
Castillos pirotécnicos o de fuego
Está en el Diccionario como «castillo de fuego» y alude a una estructura cubierta de fuegos artificiales, cuya forma va en función de la celebración.
En el Ecuador no suele usarse la expresión «castillos de fuego» ni «castillos pirotécnicos», sino tan solo «castillos». Estos se prenden en diferentes festividades populares.
FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2001) y Diccionario de americanismos (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Diccionario de la lengua española (2001) y Diccionario de americanismos (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Robin Cheers, tomada del blog A Painter's Journal
Texto tomado de: La Esquina del Idioma
Guayaquil, Ecuador
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