La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Así es. En el Ecuador, la fuerza de voz de la palabra urea suele cargarse en la antepenúltima sílaba [úrea]; pero se recomienda que en la escritura se mantenga como palabra llana o grave: urea.
Para determinar por qué no se debe aplicar el acento ortográfico en urea, hay que considerar lo siguiente:
Urea tiene un hiato, cuya fuerza de voz cae en la vocal e. Esto le da la característica de voz grave. Estas palabras no llevan tilde cuando terminan en vocal o en las consonantes -n o -s. Urea termina en vocal.
Las palabras que tienen un hiato que está compuesto por dos vocales iguales (cerradas o abiertas) o por dos vocales abiertas distintas deben cumplir con las normas generales de acentuación. En este caso entra urea que, como se indica en el DPD (2005), es voz llana y, por tanto, no es apropiada la forma esdrújula (úrea).
¿En qué casos debe tildarse la vocal o?
Antes de la publicación de la última Ortografía se tildaba esa vocal cuando estaba entre dos números, por ejemplo: 2 ó 4.
Antes de la publicación de la última Ortografía se tildaba esa vocal cuando estaba entre dos números, por ejemplo: 2 ó 4.
Se usaba esa tilde para que la vocal no se confundiera con el cero, de esa manera se evitaban imprecisiones.
Actualmente esa tilde no se recomienda. Es más, en estos tiempos su empleo constituye una falta ortográfica.
Doble negación: No tengo nada que hacer
En las normas del idioma español se admite el uso de dos o más elementos negativos para poner énfasis o refuerzo en el mensaje.
En las normas del idioma español se admite el uso de dos o más elementos negativos para poner énfasis o refuerzo en el mensaje.
La oración «yo no tengo nada que hacer» está bien construida y emite un juicio enérgico, frente a «nada que hacer tengo», que transmite la misma idea, pero con menos fuerza o contundencia.
En el ejemplo presentado, los adverbios de negación «no» y «nada» no introducen un matiz de contradicción o redundancia en la oración, todo lo contrario: la refuerzan.
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2010) Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2009), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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