La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Hasta antes de la publicación de la Nueva gramática de la lengua española (2009) se cuestionaba el uso anafórico de las palabras mismo, misma y de sus plurales.
Se decía que esa función le correspondía a los pronombres personales, a los demostrativos y a los posesivos.
Se puntualizaba que no era apropiado que se emplearan para repetir un elemento del discurso que ya se había mencionado: María Elena abrió la cartera y sacó una moneda de la misma. (El elemento anafórico es «la misma» y se refiere a «la cartera»).
Como el idioma se regenera a partir de los usos que imponemos los hablantes, la Real Academia Española y las demás Academias asociadas registraron en la última Gramática el empleo anafórico de la expresión «el mismo», con las correspondientes variaciones de género y número. Pero en esa obra también recomendaron que no se abusara de esa construcción.
Hay que reflexionar que en algunos casos su empleo es innecesario pues no aporta ningún sentido a la frase, como en el ejemplo del tercer párrafo que se presenta mejor con esta forma: María Elena abrió la cartera y sacó una moneda.
Aunque esta construcción anafórica se ha extendido en el lenguaje de las instituciones públicas y privadas, asimismo, en los ámbitos periodístico y publicitario, se sugiere que cuando sea posible se evite. O se reemplace, dependiendo de la sintaxis de la frase, por los elementos anafóricos respectivos, como esto, eso, él, su, etc. Ejemplos: «Después de la lectura del oficio se analizaron todos los puntos mencionados en el mismo»; «Se enviaron las tareas y las instrucciones para desarrollar las mismas». Estructuras recomendadas: «Después de la lectura del oficio se analizaron todos los puntos mencionados»; «Se enviaron las tareas y las instrucciones para su desarrollo».
Considérese que en algunos contextos el uso de esta construcción se puede captar como falta de creatividad; además de que su empleo constituye un circunloquio que le puede restar claridad al mensaje.
LOS SENTIDOS DE IDENTIDAD E IGUALDAD
Mismo, misma y sus correspondientes plurales son adjetivos. Se emplean para denotar identidad o igualdad, como en estos ejemplos:
A pesar de las penalidades que ha sufrido, sigue siendo el mismo hombre feliz que conocí en mi juventud; Quiero ese mismo diseño arquitectónico para mi casa.
Suelen usarse también con pronombres personales y adverbios para añadir expresividad a la frase, así: Ahí mismo sufrió el accidente; Yo misma me hice cargo de los trámites.
¿Mondo y lironda?
La expresión es «mondo y lirondo» o «monda y lironda». Se trata de una locución adjetiva que significa 'limpio y sin añadidura'; es decir, sin agregar nada más. Ejemplo: Esa fue su versión monda y lironda.
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005) Y GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2009), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Pintura de: Elizabeth Pearson, tomada del blog Art with Liz
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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