viernes, 24 de junio de 2016

¿Y cómo se escribe?, ¿el Chapo o El Chapo?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
En los medios de difusión se están barajando las dos grafías, pero solo una de ellas es la apropiada. Así que es mejor que recurramos sin dilación a la norma ortográfica.
La Ortografía de la lengua española indica que el artículo que antecede a los apodos debe escribirse en minúscula porque no forma parte de la denominación. Esto se comprueba cuando se emplea el apodo en función de vocativo:
Suena bien decir, por ejemplo, «¿cómo estás, Chapo?»; pero no es apropiada la frase «¿cómo estás, el Chapo?». Es congruente manifestar «adiós, Chapo»; pero no es adecuado expresar «adiós, el Chapo».
Hay que aplicar también la norma ortográfica cuando el artículo que acompaña al apodo está antecedido de las preposiciones «de» o «a». En estos casos hay que hacer las contracciones respectivas: del Chapo, al Chapo.
Por lo tanto, en frases como la «fuga de El Chapo», «el estilo de el Chapo», «buscan a el Chapo», entre otras de similar estructura, hay que aplicar la norma ortográfica: «la fuga del Chapo», «el estilo del Chapo», «buscan al Chapo». La mayúscula del artículo se justifica cuando este encabeza la frase.
El uso de la cursiva o de las comillas no es obligatorio, pero en este Diario se emplea por asuntos de su Manual de estilo.
No obstante, la norma ortográfica faculta el resalte tipográfico cuando el apodo se sitúa sin el artículo entre el nombre de pila y el apellido, pues así se evita que se confunda con los otros elementos del nombre. De esta manera, no se recomienda escribir Joaquín Chapo Guzmán, sino Joaquín «Chapo» Guzmán. (F)
FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2014) y Ortografía de la lengua española(2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Dibujo de: martin etienne, tomada del blog 
 
jours chômés 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
    
 
Guayaquil, Ecuador

miércoles, 22 de junio de 2016

¿Es obligada la mayúscula después de cerrar el signo de interrogación?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Si después del cierre del signo de interrogación no se escribe ningún otro signo de puntuación, p. ej., una coma o un punto y coma, la mayúscula es de uso obligado. Aquí se presentan unas frases que se ajustan a este caso: ¿Cuál es su estado civil? ¿Tiene estudios de posgrado? ¿Por qué decidió emigrar de su país?
En las preguntas que anteceden se debe usar la minúscula cuando entre ellas medie algún signo de puntuación: ¿Cuál es su estado civil?, ¿tiene estudios de posgrado?, ¿por qué decidió emigrar de su país?
Es importante recordar que en el idioma español, a diferencia del inglés, la frase que expresa la pregunta va entre dos signos de interrogación (uno de apertura y uno de cierre). Por lo tanto, aunque en las redes sociales y en el ámbito publicitario se suele usar solo el signo de cierre, en beneficio de la unidad se recomienda que se empleen los dos signos, tal como lo establece la norma. De esta manera, no tienen prestigio formas como las siguientes: Cómo estás? Podríamos ir al cine? Me pagas la entrada?
Además de la coma y del punto y coma, se puede usar cualquier otro signo después del cierre de la interrogación, como los puntos suspensivos o los dos puntos. Queda excluido el punto, pues ya consta en el signo de interrogación.
Estos mismos criterios se aplican para el uso de los signos de exclamación.
CASOS ESPECIALES
La Ortografía de la lengua española faculta el uso de un solo signo de interrogación o de exclamación para denotar ironía, como en esta construcción: Exige puntualidad, pero él siempre llega atrasado (?).
Se puede usar al mismo tiempo un signo de interrogación y otro de exclamación para abrir y cerrar la frase, con el propósito de imprimir más énfasis. Ejemplos: ¿¡Aprobaste la asignatura!?
También se pueden combinar los dos signos, abriendo con interrogación y cerrando con exclamación o viceversa, así: ¿Le dijiste que sí! ¡Te irás de viaje sin mí? (F)
FUENTES:
Diccionario panhispánico de dudas (2005) y Ortografía de la lengua española(2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española
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Pintura de: Kim Roberti, tomada del blog 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma 
 

Guayaquil, Ecuador

domingo, 19 de junio de 2016

En las afueras del consistorio...

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
A propósito de la visita del papa Francisco al Ecuador, este título se empleó con frecuencia en algunos medios de difusión. Se formulaban frases como «una multitud de feligreses cantó y oró en las afueras del consistorio...».
Para identificar el problema que tiene esta estructura, tenemos que analizar un par de expresiones:
«En las afueras» denota que la persona o asunto mencionados están alejados o en los alrededores o periferia de una población, no de una casa o edificio. Esta locución no debe emplearse con el simple sentido de ‘en la parte exterior’.
«Afuera» significa ‘en un lugar público’, ‘en las inmediaciones de una casa’, ‘en la parte externa de una edificación’.
Con este antecedente, para eliminar la ambigüedad en la construcción «en las afueras del consistorio», podemos recurrir al uso del adverbio «afuera» o de otros giros lingüísticos, así: «una multitud de feligreses cantó y oró afuera del consistorio...», «una multitud de feligreses cantó y oró en los alrededores del consistorio...», «una multitud de feligreses cantó y oró en las inmediaciones del consistorio...».
Son varios los recursos sintácticos que se pueden combinar en este ejercicio, la elección de la frase apropiada depende de la distancia en la que se encontraban los feligreses en relación con el consistorio.
Con respecto a la escritura en minúscula o mayúscula, «consistorio» tiene categoría genérica cuando se refiere a la casa o edificación donde se desarrollan juntas o consejos (va en minúscula); pero es nombre propio cuando se trata de una institución. Así, suele emplearse con mayúscula inicial cuando es sinónimo de ayuntamiento, municipio, cabildo, entre otros casos.
Bula es un sello
Del latín «bulla», que significa bola o sello de plomo, se originó el vocablo «bula», que se refiere a un documento pontificio en el que se tratan asuntos religiosos, clericales o de índole civil. Este documento se legitima, precisamente, con la bula o sello papal. «Bula» también es una medalla que se usaba en la Roma antigua. La llevaban en el cuello los hijos de las familias ilustres. (F)
FUENTES:
Manual de estilo de la lengua española (2003), de José Martínez de Sousa;Diccionario panhispánico de dudas (2005), Ortografía de la lengua española(2010) y Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Kim Roberti, tomada del blog 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma 
Guayaquil, Ecuador
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