La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Tanto huérfano (que se ha quedado sin padre o madre o sin ambos) como orfanato (asilo de huérfanos) proceden del bajo latín orphanus, y por compartir la etimología y rasgos semánticos, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿por qué una se escribe con hache y la otra sin esa consonante?
El uso de la hache en un numeroso grupo de palabras españolas no se sustenta en asuntos de etimología, sino en cuestiones históricas o de escritura y pronunciación.
La costumbre de escribir la hache inicial o intermedia en palabras que tienen los diptongosua, ue o ui se consolidó porque en la época medieval se usaba esa letra para que especificara que la /u/ era vocal y no la consonante /v/, ya que en aquellos tiempos ambos grafemas (u, v) se podían emplear de manera indistinta para representar el sonido de la vocal /u/ o el de la consonante /v/ (tengamos presente que el fonema de la v es /b/).
Como la /u/ y la /v/ no tenían bien especificados sus usos, en esa época se corría el riesgo de que vocablos como vino, ueso, ueco, velo o vaca se pronunciasen como [uíno], [béso],[béco], [uélo] o [uáca], de manera respectiva.
De esto surgió el hábito de escribir la /h/ al inicio de huérfano, pues de no tenerla, en esos lejanos tiempos, su articulación hubiera oscilado entre [uérfano] y [bérfano], lo que a su vez habría ocasionado la transmisión de mensajes ambiguos.
La /h/ puso el toque de precisión en la escritura, pronunciación y significados de las palabras conformadas con los diptongos mencionados.
Esta costumbre, que se fue arraigando desde la Edad Media, se mantiene en el siglo XXI, aunque en esta época la articulación y la ortografía de los grafemas /u/ y /v/ están muy bien diferenciadas.
Para corroborar lo dicho, busquemos en el DRAE (2001, última edición) voces que empiecen con los diptongos ua, ue o ui. El resultado de esta búsqueda, exceptuando la presencia de cualquier afijo, nos traerá solamente la palabra uebos (necesidad, cosa necesaria), que consta con la etiqueta de nombre masculino anticuado. En este diccionario académico no hay más términos que comiencen con esos diptongos, pues, reitero, en el español antiguo se les agregó la /h/ a todas esas secuencias vocálicas.
Cierro con unos ejemplos de voces que llevan esa /h/ que resulta extraña a su etimología latina: huevo (de ovum), huebra (de opera), hueso (de ossum), huesa (de fossa), hueco (de occare), huelo, huele y demás formas de oler (de olere), etc.
Diga «la testigo», no «la testiga»
El nombre testigo tiene género común: se usa la misma forma para el masculino y el femenino. El género gramatical se introduce por medio de determinantes (artículos, adjetivos, pronombres): un testigo, una testigo; ese testigo, esa testigo.
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2010) Y NUEVA GRAMÁTICA BÁSICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2011), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
El uso de la hache en un numeroso grupo de palabras españolas no se sustenta en asuntos de etimología, sino en cuestiones históricas o de escritura y pronunciación.
La costumbre de escribir la hache inicial o intermedia en palabras que tienen los diptongosua, ue o ui se consolidó porque en la época medieval se usaba esa letra para que especificara que la /u/ era vocal y no la consonante /v/, ya que en aquellos tiempos ambos grafemas (u, v) se podían emplear de manera indistinta para representar el sonido de la vocal /u/ o el de la consonante /v/ (tengamos presente que el fonema de la v es /b/).
Como la /u/ y la /v/ no tenían bien especificados sus usos, en esa época se corría el riesgo de que vocablos como vino, ueso, ueco, velo o vaca se pronunciasen como [uíno], [béso],[béco], [uélo] o [uáca], de manera respectiva.
De esto surgió el hábito de escribir la /h/ al inicio de huérfano, pues de no tenerla, en esos lejanos tiempos, su articulación hubiera oscilado entre [uérfano] y [bérfano], lo que a su vez habría ocasionado la transmisión de mensajes ambiguos.
La /h/ puso el toque de precisión en la escritura, pronunciación y significados de las palabras conformadas con los diptongos mencionados.
Esta costumbre, que se fue arraigando desde la Edad Media, se mantiene en el siglo XXI, aunque en esta época la articulación y la ortografía de los grafemas /u/ y /v/ están muy bien diferenciadas.
Para corroborar lo dicho, busquemos en el DRAE (2001, última edición) voces que empiecen con los diptongos ua, ue o ui. El resultado de esta búsqueda, exceptuando la presencia de cualquier afijo, nos traerá solamente la palabra uebos (necesidad, cosa necesaria), que consta con la etiqueta de nombre masculino anticuado. En este diccionario académico no hay más términos que comiencen con esos diptongos, pues, reitero, en el español antiguo se les agregó la /h/ a todas esas secuencias vocálicas.
Cierro con unos ejemplos de voces que llevan esa /h/ que resulta extraña a su etimología latina: huevo (de ovum), huebra (de opera), hueso (de ossum), huesa (de fossa), hueco (de occare), huelo, huele y demás formas de oler (de olere), etc.
Diga «la testigo», no «la testiga»
El nombre testigo tiene género común: se usa la misma forma para el masculino y el femenino. El género gramatical se introduce por medio de determinantes (artículos, adjetivos, pronombres): un testigo, una testigo; ese testigo, esa testigo.
FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2010) Y NUEVA GRAMÁTICA BÁSICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2011), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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