domingo, 31 de marzo de 2013

Emperifollada y emperijoyada denotan exceso de adornos y afeites

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
La palabra emperifollada pertenece a la familia léxica de emperifollar, verbo que a su vez se deriva de emperejilar, que significa adornar a alguien de manera excesiva o arreglarse una persona con demasiado esmero o en demasía.

Emperifollar y emperejilar están emparentados con perifollo, sustantivo que se emplea para referirse a una planta herbácea (fam. Umbelífera) como el perejil, apio, cilantro, etc., cuyas hojas son aromáticas y sirven en la condimentación de alimentos.

Como los perifollos se usan no solamente para sazonar sino también para adornar las ensaladas o los guisados, ese nombre adoptó asimismo el sentido de ‘adorno de mujer’ (adorno mujeril, según Corominas, 1961). 

Sobre este significado, el Diccionario de Autoridades (1737) indica que perifollos se denominan vulgarmente las cintas y otros adornos vistosos que se ponen las mujeres.

En la actualidad emperifollar emperejilar se emplean también para referirse a animales y cosas. De ahí que en lenguaje coloquial se suele decir, por ejemplo, «Hay que emperifollar el salón para el baile de disfraces» o «Su mascota siempre anda emperejilada».

En Honduras se emplea el verbo emperendengar con los mismos sentidos de los infinitivos mencionados.

EMPERIJOYADA
Este vocablo no está en el diccionario académico, pero eso no ha obstaculizado su empleo. Con una centena de casos, el Google corrobora la existencia de esa voz.

Al leer los contextos de los referidos resultados (buscar en Google) se percibe que emperijoyado emperijoyada se pudo haber creado por analogía con emperifollado emperifollada. En todo caso, a partir de su morfología ese verbo denota que una persona está adornada con exceso de joyas y de paso se ha maquillado y vestido de manera escandalosa o exagerada.

En conclusión, emperifollaremperejilaremperijoyar emperendengar con sus respectivos participios y plurales transmiten ideas equivalentes: que algo o alguien está adornado o acicalado de manera profusa.

Acoderar implica sujetar; encallar es quedar atrapado
Cuando un barco queda atrapado en un banco de arena o por causa de un choque con rocas, peñascos o peñas, esa embarcación se encalló o se varó (no se acoderó).

Acoderar un buque es usar cabos gruesos (o coderas) para liar la embarcación por la parte posterior (popa) a otra nave, a un muelle o a una boya para que permanezca anclada con uno de sus costados en determinada dirección.

En el ámbito marítimo, encallar varar tienen uso indistinto con embarrancar, que significa atascarse un barco en un bajío arenoso o por el choque con rocas u otro obstáculo.


FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), NUEVO TESORO LEXICOGRÁFICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA; BREVE DICCIONARIO ETIMOLÓGICO DE LA LENGUA CASTELLANA (2000), DE JOAN COROMINAS.


Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

sábado, 30 de marzo de 2013

¿Imprimido o Impreso?

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Hace mucho tiempo que me ocupé de este problema: ¿Cómo se dice (y escribe): ¿imprimido o impreso? ¿freído o frito? ¿proveído o provisto? Amables lectores me preguntan cuál de las dos formas es la correcta. Por eso vuelvo a los tiempos sobre el asunto. Resulta que en nuestra lengua, en el español actual, solo hay tres verbos —solo tres— que tienen dos participios: uno regular y otro irregular. Y esos tres verbos son precisamente los tres cuyos participios he puesto más arriba entre interrogantes: imprimir, freír y proveer. Sobre el verbo imprimir nos dice esto el Diccionario panhispánico de dudas (DPD): "Tiene dos participios: el regular imprimido y el irregular impreso. Aunque existe hoy una clara tendencia, más acusada en América que en España, a preferir el uso de la forma irregular impreso, ambos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica". De manera, amigos míos, que tan correcto es decir (y escribir) "He imprimido varias páginas" como decir (y escribir) "He impreso varias páginas". Ejemplos al canto (los que nos proporciona el mismísimo DPD: "Habían impreso en su lugar billetes de a cien". Ejemplo extraído nada menos que de la obra El amor en los tiempos del cólera [1985] del Nobel colombiano García Márquez. Otro ejemplo (también de autor latinoamericano): "La obra … circulaba dos años después de haber sido impresa en una ciudad protestante" (Elías Trabulse [mexicano], Los orígenes de la ciencia en México [1994]). Ahora, un ejemplo del uso del participio regular. En el diario español El Mundo podíamos leer el 11 de noviembre de 1996: "En total se han impreso 35 000 carteles". Como sabemos, los participios de los verbos también pueden funcionar como adjetivos ("Una hoja impresa", "Un huevo frito", "Unos almacenes bien provistos de mercadería" …).
Dibujo de: Thomas Thorspecken, tomada del blog Urban Sketchers
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

domingo, 24 de marzo de 2013

Huérfano proviene de orphanus, pero empieza con /h/ por una costumbre medieval

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Tanto huérfano (que se ha quedado sin padre o madre o sin ambos) como orfanato (asilo de huérfanos) proceden del bajo latín orphanus, y por compartir la etimología y rasgos semánticos, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿por qué una se escribe con hache y la otra sin esa consonante?

El uso de la hache en un numeroso grupo de palabras españolas no se sustenta en asuntos de etimología, sino en cuestiones históricas o de escritura y pronunciación.

La costumbre de escribir la hache inicial o intermedia en palabras que tienen los diptongosuaue ui se consolidó porque en la época medieval se usaba esa letra para que especificara que la /u/ era vocal y no la consonante /v/, ya que en aquellos tiempos ambos grafemas (u, v) se podían emplear de manera indistinta para representar el sonido de la vocal /u/ o el de la consonante /v/ (tengamos presente que el fonema de la v es /b/).

Como la /u/ y la /v/ no tenían bien especificados sus usos, en esa época se corría el riesgo de que vocablos como vinouesouecovelo vaca se pronunciasen como [uíno][béso],[béco][uélo] o [uáca], de manera respectiva.

De esto surgió el hábito de escribir la /h/ al inicio de huérfano, pues de no tenerla, en esos lejanos tiempos, su articulación hubiera oscilado entre [uérfano] y [bérfano], lo que a su vez habría ocasionado la transmisión de mensajes ambiguos.

La /h/ puso el toque de precisión en la escritura, pronunciación y significados de las palabras conformadas con los diptongos mencionados.

Esta costumbre, que se fue arraigando desde la Edad Media, se mantiene en el siglo XXI, aunque en esta época la articulación y la ortografía de los grafemas /u/ y /v/ están muy bien diferenciadas.

Para corroborar lo dicho, busquemos en el DRAE (2001, última edición) voces que empiecen con los diptongos uaue ui. El resultado de esta búsqueda, exceptuando la presencia de cualquier afijo, nos traerá solamente la palabra uebos (necesidad, cosa necesaria), que consta con la etiqueta de nombre masculino anticuado. En este diccionario académico no hay más términos que comiencen con esos diptongos, pues, reitero, en el español antiguo se les agregó la /h/ a todas esas secuencias vocálicas.

Cierro con unos ejemplos de voces que llevan esa /h/ que resulta extraña a su etimología latina: huevo (de ovum), huebra (de opera), hueso (de ossum), huesa (de fossa), hueco (de occare), huelo, huele y demás formas de oler (de olere), etc.

Diga «la testigo», no «la testiga»
El nombre testigo tiene género común: se usa la misma forma para el masculino y el femenino. El género gramatical se introduce por medio de determinantes (artículos, adjetivos, pronombres): un testigo, una testigo; ese testigo, esa testigo.


FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2010) Y NUEVA GRAMÁTICA BÁSICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2011), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

viernes, 22 de marzo de 2013

«Junto a» indica adyacencia; «junto con», concurrencia

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
ConsultaQuisiera saber si la concordancia de esta oración es correcta: El oso Yogui, de 50 cm, junto al monigote de la Cenicienta, están en 18 dólares. (Carlos Emiliano Llerena Gallegos).

RespuestaEn esa oración el sujeto es el oso Yogui (singular). «Junto a» es una locución preposicional que denota que la persona o cosa mencionada está muy cerca del otro referente. Esta locución no afecta a la concordancia, solo aporta rasgos que describen la ubicación yuxtapuesta de los dos monigotes. Por lo tanto, el verbo debe ir en singular: El oso Yogui (...), junto al monigote de la Cenicienta, está en 18 dólares.

Si se quiere expresar que los dos monigotes están al mismo precio, hay que construir la oración con la fórmula «junto con» (en conjunto o colaboración), que también es locución preposicional e indica que los referentes participantes comparten de manera simultánea la misma acción. 

CONCORDANCIA
Cuando el verbo aparece después del sujeto y del complemento de compañía, la concordancia oscila entre el plural y el singular: 1) El oso Yogui (...), junto con el monigote de la Cenicienta, están en 18 dólares. 2) El oso Yogui (...), junto con el monigote de la Cenicienta, está en 18 dólares.

En la primera oración cáptese que la locución «junto con» actúa como una conjunción copulativa (...y el monigote de la Cenicienta...) que obviamente origina un sujeto plural.

No obstante que el hablante tiene libertad para elegir la concordancia que le resulte más apropiada, se recomienda que se use el verbo en singular para que concuerde con el sujeto gramatical (segunda orac.), puesto que el otro elemento es tan solo un complemento.

Cuando los elementos cambian de ubicación, la concordancia va en singular. Esto se cumple al anteponer el verbo al complemento: El oso Yogui está a 18 dólares, junto con el monigote de la Cenicienta. También cuando el complemento y el sujeto preceden al verbo:Junto con el monigote de la Cenicienta, el oso Yogui está a 18 dólares.

«A puertas» transmite pobreza; «en puertas» denota proximidad
Si desea indicar que una persona quedó o vive en estado paupérrimo, emplee las locuciones adverbiales «a puertas» y «por puertas». Use las frases «en puertas» o «a las puertas» para denotar que alguien está a punto de llegar, que algo sucederá de manera inminente o que por una diferencia insignificante no se pudo lograr una meta.

Ejemplos: Los juegos de azar dejaron a Juan Xavier por puertas (o a puertas). Cáptese que dilapidó sus bienes en los juegos de casino. En puertas de que se aprueben las nuevas leyes... A las puertas de las festividades de carnestolendas... Percíbase que los  dos asuntos mencionados están  próximos o a punto de suceder. A las puertas de ganar el partido, el árbitro dio el pitazo final. Nótese que por escasa diferencia de tiempo no se pudo conseguir el triunfo.


FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001) Y DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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