Plutarco Naranjo / naranjo@lenguaje.com
A propósito del Día del Idioma Español celebrado el 20 del presente mes, valga recordar que los idiomas, entre ellos el nuestro, evolucionan y cambian de continuo, de modo que sus diccionarios nunca serán obras acabadas; antes bien, tratarán de recoger cada vez nuevos vocablos, y en el caso del español –difundido por numerosos países y hablado por millones de habitantes– serán incorporados algunos de los abundantes americanismos que enriquecen nuestra habla, mientras otros términos, que se han vuelto anticuados con el paso del tiempo, serán eliminados.
La Real Academia, en los últimos años, ha desarrollado gran actividad no solo para actualizar su Diccionario sino también para crear nuevos instrumentos idiomáticos como el Diccionario panhispánico de dudas, volumen de 848 páginas, preparado con la colaboración de las veintiuna Academias que constituyen la Asociación de Academias de la Lengua Española.
De la Academia Ecuatoriana participó en dicho trabajo la Dra. Susana Cordero, quien coordinó el trabajo de las Academias del Área Andina. El Dr. Carlos Joaquín Córdova, hasta hace pocos meses director de la Academia Ecuatoriana, quien publicó en tres volúmenes la obra El habla del Ecuador, Diccionario de ecuatorianismos, colaboró con este acervo del léxico ecuatoriano, del cual numerosas palabras fueron acogidas por la Real Academia.
Por otra parte, la Academia se ha puesto a tono con la “revolución informática”. En su página electrónica, www.rae.es puede uno informarse de las entradas lexicales del Diccionario, en su edición vigésima segunda del año 2001, y también de los nuevos registros idiomáticos, con más de 12.000 modificaciones aprobadas hasta junio del 2004; otros registros se incorporan a su página electrónica cada seis meses. A más de sobria y amistosa con el usuario, esta página electrónica permite múltiples consultas en línea: conjugación de verbos, averiguaciones etimológicas, y así.
Incontables neologismos han aparecido, especialmente en lengua inglesa, fruto de los modernos conocimientos científicos y el acelerado desarrollo tecnológico. ¿Cuáles son sus equivalentes en español, cuáles deben incorporarse sin cambio a nuestra lengua? En este, así como en otros campos lexicales, el trabajo de actualización del Diccionario es enorme. Las propuestas de adición, supresión o enmienda parten de las comisiones académicas o de los académicos. El Instituto de Lexicografía prepara los materiales a discutirse, y documenta las propuestas con materiales del Banco de datos del español, (que cuenta con 400 millones de registros); el fichero histórico de la Academia (con 14 millones de papeletas léxicas y lexicográficas) y, en fin, obras de referencia y estudios monográficos pertinentes. Respecto al léxico específico de América, y también al de Filipinas, las propuestas realizadas por las Academias correspondientes son estudiadas por la Comisión Permanente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, integrada por académicos españoles y de las corporaciones hermanas. Las propuestas aprobadas se incorporan directamente al Diccionario.
El fruto de este denodado trabajo está al alcance de cualquier usuario de la página electrónica, pero también existe un CD-ROM para las últimas versiones de los sistemas operativos. Por supuesto las consultas pueden hacerse en los diez volúmenes del Diccionario de la Real Academia (DRAE).
Texto Tomado de: http://www.eluniverso.com/
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