domingo, 28 de noviembre de 2010

Enantes, adverbio que aún pervive en el uso

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio

Consulta: Tengo dudas con el empleo de la voz “enantes”. En el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española (DRAE), consta con dos significados (‘recientemente’ y ‘antes’); pero se indica que está en desuso y que era de empleo vulgar. (Fabrizio Marcillo).

Respuesta: Efectivamente, en la última edición del DRAE (2001) consta que “enantes” ha entrado en desuso y que anteriormente se empleaba como vulgarismo. En su lugar, se recomienda el adverbio antes. Sin embargo, en el Diccionario esencial de la lengua española (2006), de la misma RAE, figura “enantes” como usado en el área del Caribe. No está registrado como vulgarismo o en desuso.

En el Ecuador tiene uso coloquial o informal, no es vulgar; incluso, también se emplea en diminutivo (enantitos).

En diálogos de tipo formal, prefiera las frases “poco tiempo antes”, “hace un momento”, “hace un instante” o, simplemente, “antes”.

Participios y gerundios
Consulta: Quisiera saber el uso de los gerundios y de los participios, principalmente, sobre el verbo imprimir (Alejandro Yúnez).

Respuesta: El verbo “imprimir” tiene dos participios: uno regular y otro irregular. La forma imprimido es el participio pasado regular; impreso, el participio irregular.

Las dos construcciones se usan en la formación de los tiempos compuestos seguidas del verbo auxiliar haber: he impreso o he imprimido; pero el participio irregular (impreso) se emplea con más frecuencia.

Hay que puntualizar que cuando se aplica como adjetivo o sustantivo se recomienda el irregular (impreso): Los periódicos impresos. // Hay que distribuir estos impresos.

El gerundio admite diminutivos (imprimiendito [es poco usual en el Ecuador]). En frases como “leche hirviendo” o “carbón ardiendo” hace el papel de adjetivo. El gerundio compuesto (habiendo + participio) indica anterioridad: Habiendo impreso el discurso, pudo ir a la sala de sesiones (antes de ir a la sesión, primero imprimió el texto del discurso).

Comparte rasgos con los verbos (puede llevar complementos verbales y sujeto explícito): Está comiendo cerezas. Estando yo de viaje, saquearon mi casa.

Tiene rasgos comunes con los adverbios, en este caso modifica la acción de otro verbo: Salió gritando.

Tiene función adjetiva (en titulares o en una ilustración): Hombres trabajando.

Con verbos imperfectivos indica duración (tiempo simultáneo con otra acción): Vimos un avión aterrizando.

No debe emplearse con valor de posterioridad: Salió al mediodía, regresando a las 15:00. Cuando el gerundio tiene posterioridad inmediata se considera correcto: Salió dando un portazo. No puede ser complemento de un sustantivo: Se necesitan choferes sabiendo manejar tráileres.

Fuentes: Dicc. de la lengua española, de la RAE;  Dicc. esencial de la lengua española, de la RAE; Dicc. del uso correcto del español en el Ecuador, de Susana Cordero de Espinosa; Gramática didáctica del español, de Leonardo Gómez T.
Pintura de: Claire Schroeven Verbiest, tomada del blog BRUSH - PAPER - WATER

Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

sábado, 27 de noviembre de 2010

Sumillar y sumilla

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Si ustedes buscan en el diccionario de la Academia en su última edición el verbo sumillar y el nombre sumilla, no los encontrarán. Qué curioso ¿verdad? Porque son vocablos muy usados entre nosotros, sobre todo en el lenguaje administrativo y en el judicial.

Y tampoco trae esos vocablos el flamante Diccionario panhispánico de dudas. ¿Qué hacemos?
¿Qué se entiende entre nosotros por sumilla? Es aquella anotación que una persona escribe o inserta en un documento, en la que se hace una observación sobre dicho documento o se da una instrucción para que alguien le dé el trámite que corresponda.

También se suele entender por sumilla la rúbrica que, por ejemplo, un asesor jurídico pone al pie de las páginas de un documento, y significa que la persona que ha de firmarlo puede hacerlo, pues no se han encontrado objeciones para ello.

D. Joaquín Córdova Malo, en su Diccionario de ecuatorianismos sí registra el vocablo, y da de él esta explicación: "Resumen escrito y por lo tanto lo sustancial que el jefe de una oficina, especialmente en las gubernamentales, escribe en una comunicación oficial como instrucción al subalterno, o como resolución sobre algo para dar el trámite del caso".

Y aduce este ejemplo: "La sumilla del Ministro es negada por insuficiencia de fondos".

Los lexicógrafos ecuatorianos habrán de tener muy en cuenta estos dos vocablos -el nombre y el verbo- y considerar la conveniencia de sugerir a la Real Academia de la Lengua y a las Academias hermanas que los incluyan en la próxima edición del DRAE.

Palabra muy distinta es sumiller, de ancestros franceses, con la que se significa la "persona encargada de los vinos y licores en un restaurante de lujo", como dice el Diccionario panhispánico de dudas. 

Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Más sobre Defensores


Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua

Nos referíamos hace poco a la palabra ombudsman, extranjerismo de origen sueco, y a sus adecuadas y diversas traducciones a nuestra lengua. En todas esas traducciones la palabra dominante es DEFENSOR. Efectivamente, el sueco ombudsman es el hispano defensor del pueblo, o defensor de los derechos humanos, o defensor de los habitantes.

Como nota curiosa, añadiremos que, aunque el nombre más extendido en España y América es defensor del pueblo, hay en España una excepción: a este funcionario en la comunidad de Aragón se lo denomina desde hace siglos el Justicia de Aragón.

Pero ¿cómo se llama este cargo si lo desempeña una mujer? El Diccionario panhispánico de dudas nos responde: “Deben usarse las formas femeninas de las distintas denominaciones: la defensora del pueblo, la procuradora de los derechos humanos, etc.

Personalmente, me parece haber observado un uso muy frecuente de esta denominación referido sobre todo a los lectores (de publicaciones periódicas, sobre todo) y a los consumidores (de los diversos productos necesarios en el cotidiano vivir. Y así, se habla del defensor del lector, del defensor del consumidor, etc.

Y el DPA aconseja: “Para los usos extensivos en que esta palabra se refiere a la figura que defiende los derechos de otros colectivos, se recomienda emplear la voz defensor, seguida del complemento especificativo correspondiente”.

Por consiguiente, aunque resulta llamativo y hasta incitante tropezarse con la palabra ombudsman sobre todo en los periódicos diarios, lo adecuado es utilizar la traducción hispana del término (que es “defensor”) acompañada del complemento que designa lo que, o a quienes ese defensor defiende.

Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

martes, 23 de noviembre de 2010

OMBUDSMAN

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua

Me preguntan qué significa esta extraña palabra. Me preguntan también si ha sido aceptada por la Academia en su Diccionario.

Pues, sí es rara la palabreja: es un "extranjerismo", es decir, una "voz, frase o giro que un idioma toma de otro extranjero". En este caso, nuestra lengua -y otras- lo ha tomado del idioma sueco: la palabra ombudsman es sueca.

En cuanto a la segunda cuestión, la respuesta es (por ahora) negativa: El Diccionario de la Academia no la registra en su última edición (la 22.ª, de 2001).

En cambio, ya en 1989 la registraba D. Manuel Seco en la 9.ª edición de su famoso Diccionario de dudas y dificultades. Pero curiosamente no nos da ninguna información semántica ni gramatical sobre ella, simplemente nos remite a la palabra DEFENSOR.

Y, efectivamente, al tratar esta palabra dice: "Defensor del pueblo; es el alto funcionario designado para la defensa de los derechos fundamentales del ciudadano. Este nombre, utilizado en la Constitución española de 1978, es el que conviene para ocupar en nuestro idioma en lugar del sueco ombudsman, que ha aparecido con alguna frecuencia en los periódicos".

El Diccionario panhispánico de dudas (DPD) amplía esta información. En primer lugar, nos explica: "Voz sueca que significa «alto funcionario público encargado de proteger los derechos de los ciudadanos ante los poderes públicos»", en lo cual coincide sustancialmente con D. M. Seco.

Seguidamente, añade: "Debe sustituirse en español por las denominaciones propias de cada país" (también en esto coinciden las dos grandes autoridades lexicográficas que venimos citando).
Y menciona esas diversas denominaciones: "defensor del pueblo, en España y en la mayor parte de América del Sur; defensor de los derechos humanos, en México y algunos países centroamericanos; defensor de los habitantes, en Costa Rica; y procurador de los DDHH, en Guatemala".


Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador
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