Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Nos referíamos hace poco a la palabra ombudsman, extranjerismo de origen sueco, y a sus adecuadas y diversas traducciones a nuestra lengua. En todas esas traducciones la palabra dominante es DEFENSOR. Efectivamente, el sueco ombudsman es el hispano defensor del pueblo, o defensor de los derechos humanos, o defensor de los habitantes.
Como nota curiosa, añadiremos que, aunque el nombre más extendido en España y América es defensor del pueblo, hay en España una excepción: a este funcionario en la comunidad de Aragón se lo denomina desde hace siglos el Justicia de Aragón.
Pero ¿cómo se llama este cargo si lo desempeña una mujer? El Diccionario panhispánico de dudas nos responde: Deben usarse las formas femeninas de las distintas denominaciones: la defensora del pueblo, la procuradora de los derechos humanos, etc.
Personalmente, me parece haber observado un uso muy frecuente de esta denominación referido sobre todo a los lectores (de publicaciones periódicas, sobre todo) y a los consumidores (de los diversos productos necesarios en el cotidiano vivir. Y así, se habla del defensor del lector, del defensor del consumidor, etc.
Y el DPA aconseja: Para los usos extensivos en que esta palabra se refiere a la figura que defiende los derechos de otros colectivos, se recomienda emplear la voz defensor, seguida del complemento especificativo correspondiente.
Por consiguiente, aunque resulta llamativo y hasta incitante tropezarse con la palabra ombudsman sobre todo en los periódicos diarios, lo adecuado es utilizar la traducción hispana del término (que es defensor) acompañada del complemento que designa lo que, o a quienes ese defensor defiende.
Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
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