domingo, 26 de julio de 2009

Carlos Rubira Infante: Más que un guayaquileño soy bien ecuatoriano

Jorge Martillo para EL UNIVERSO

El creador del emblemático tema Guayaquileño, madera de guerrero, es autor de cerca de 600 canciones. A sus 88 años sigue componiendo porque, según dice, no se deja vencer por el tiempo.

Es la tarde del jueves pasado. Carlos Rubira Infante, vestido de blanco, lee afuera de su casa, en Las Acacias. 

Al costado, un bastón aumenta su aspecto de patriarca. Tiene problemas con la vista y al caminar. “A mis 88 años estoy como si recién hubiese nacido”, aclara porque con su memoria fresca todavía compone. Además, en la emisora Candente (península de Santa Elena), los sábados, de 14:00 a 17:00, dirige el programa ‘Sentimiento musical ecuatoriano’.

Este autor de canciones tan populares como En las lejanías, Esposa, Ambato tierra de flores, Chica linda, Playita mía, etc, escribió su primer tema  a los 14 años: “Vivo errante, vivo enfermo/ vivo loco por volver…”, dedicada a su madre que lo expulsó de casa por llegar a las 22:00.

A los 20 años empezó a interpretar sus canciones en ‘La hora agrícola’, programa de radio El Telégrafo. Luego formó el dúo Vera Santos-Rubira. “Hasta cierto punto Gonzalo Vera Santos fue mi maestro”, afirma. 

Con Olimpo Cárdenas también formó Los Porteños. Cárdenas cantaba tangos y le pidió que le enseñara pasillos porque no conocía los ritmos. 
“Conmigo después cantó hasta yaraví. Y nada más he sido amigo, no he sido maestro de nadie”, dice modestamente, pese a haber dirigido los primeros pasos de  cantantes como Fresia Saavedra, Pepe y Julio Jaramillo, entre otros.  

Recuerda que conoció a los Jaramillo cuando ambos trabajaban en una zapatería de Brasil y Coronel, luego  iban a su casa en Huancavilca entre Cacique Álvarez y Coronel para que les enseñara algunas canciones.  

“A Julio yo lo tomé de 14 años. Con Vera Santos  paseamos por Samborondón y cantamos en trío. Eso no lo dice nadie. Son pocos los que saben la historia completa de Jaramillo”, dice.

En el Correo comenzó como cartero, pero no conocía todas las calles de Guayaquil, entonces por las noches, pedaleando una bicicleta, recorría la ciudad para conocerla. “Cuando tenía un momento libre, escribía lo que había soñado o corregía canciones”, rememora. 

Ya en la sala de su casa, a Carlos Rubira Infante lo rodean fotografías, recuerdos y 35 medallas o condecoraciones que ha recibido en su vida artística. Afirma que nunca ha pedido nada, pero que está preocupado.
“Ojalá que esto lo lea el presidente Correa, quiero que el IESS me haga un préstamo, lo pagaré con mi jubilación, para acomodar mi casa. Los años vencen también a las casas, a la madera, a los fierros, pero al acero como yo, no. Nadie me vence”, dice digno y orgulloso.

Cuando la tarde empieza a declinar, preguntamos cuándo escribió el pasacalle Guayaquileño.  Fue en Quito cuando asistió a un partido de fútbol entre Guayas y Pichincha. “Perdió Guayas y unos muchachitos cantaban peyorativamente Guayaquil de mis amores, entonces recordé mi tierra,  me nació improvisar esa canción que dice cómo es el guayaquileño: “Guayaquileño, madera de guerrero,/ bien franco, muy valiente, jamás siente temor./ Guayaquileño de la tierra más linda,/ pedacito de suelo del inmenso Ecuador./ Guayaquileño, no hay nadie que te iguale/ como hombre de coraje lo digo en mi canción”.
Perfil

EDAD

Nació el 16 de septiembre de 1921.

Trayectoria
En 1990 se jubiló de Correos Nacionales, donde trabajó 36 años. Es compositor desde los 14 años hasta la actualidad. Ha escrito alrededor de 600 temas.   

FAMILIA
Casado con Blanca Gómez Espinoza. Padre de Albita Rubira Zambrano (nacida antes de su matrimonio) y de Pedro, Juan y Carlos Antonio Rubira Gómez.


Texto tomado de: http://www.eluniverso.com/

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