miércoles, 8 de junio de 2011

Más sobre los sofistas

Gazapos y tropezones 
Manuel Corrales Pascual 
De la Academia de la Lengua
Decía en la anterior entrega que la palabra sofista venía del griego y significó primeramente "profesor (o maestro) de Filosofía". Y que, en la historia del pensamiento griego, recibieron el nombre de sofistas aquellos pensadores que revisaron escépticamente las teorías de sus predecesores: los filósofos presocráticos. Pero en nuestra lengua, el vocablo sofista adquirió una nueva significación que ya registra don Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611): "Este nombre fue antiguamente honesto y bueno, y vale tanto como sabio. Pero después algunos arrogantes habladores, que parecían saber mucho y eran charlatanes, y se aplicaban este nombre, les dejaron con él, y sin ninguna honra, antes con vituperio. Y los verdaderos sabios se llamaron filósofos".

Es decir, que ya en tiempos de Covarrubias se reconocía una significación peyorativa. Y de ella se hace eco el Diccionario de autoridades (dos siglos más tarde): "Por extensión vale el que por vanidad alterca y defiende alguna proposición aparente". Y enseguida evoca a Covarrubias: "Se dijo de los arrogantes habladores, que parecían saber mucho y eran charlatanes".

No quiero pasar por alto aquello de "proposición aparente". Dos significaciones contrapuestas tenía (y sigue teniendo en la actualidad) el adjetivo aparente: 1. "que parece y no es" (o sea: falso) y 2. "conveniente, oportuno, adecuado". El significado que el Diccionario de autoridades da al adjetivo aparente, en este caso, es evidentemente el primero: proposición aparente es lo mismo que proposición falsa, engañosa.
Dibujo de: Tommy Kane, tomada del blog Tommy Kane's Art Blog
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

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