La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Desde el punto de vista de la lengua española, guayaquileñismo y guayaquileñidad tienen sentidos equivalentes como veremos a continuación:
Los dos vocablos están compuestos por el adjetivo gentilicio guayaquileño, que se refiere a los naturales de Guayaquil y a todo lo que se relaciona con esta ciudad del Ecuador.
Los sufijos o morfemas -ismo y -edad, -dad aportan los significados de ‘actitudes, cualidades, tendencias y comportamientos propios del guayaquileño’.
Por lo tanto, aunque el uso indistinto de estos vocablos suele causar polémica entre escritores e historiadores, guayaquileñismo y guayaquileñidad aluden a la forma de ser (alegre, fiestero, guerrero, cívico, etc.) de los oriundos de esta urbe porteña, esto, por supuesto, analizado desde una arista lingüística.
Plural de los gentilicios awá y shuar
Según las normas ortográficas, los sustantivos y adjetivos que terminan en -a o en -o tónicas forman el plural con -s: de awá, awás; de buró, burós. Se exceptúan de esta regla los sustantivos faralá (volante o adorno de vestidos, cortinas y tapetes) yalbalá (documento), que construyen el plural con -es: faralaes, albalaes. Asimismo se encasilla en esta excepción el monosílabo no cuando funciona como sustantivo: de no, noes.
Según las normas ortográficas, los sustantivos y adjetivos que terminan en -a o en -o tónicas forman el plural con -s: de awá, awás; de buró, burós. Se exceptúan de esta regla los sustantivos faralá (volante o adorno de vestidos, cortinas y tapetes) yalbalá (documento), que construyen el plural con -es: faralaes, albalaes. Asimismo se encasilla en esta excepción el monosílabo no cuando funciona como sustantivo: de no, noes.
La norma también indica que los sustantivos y adjetivos que terminan en -r y no están precedidos de otra consonante se pluralizan con -es. Por lo tanto, al aplicar esta regla, el plural del gentilicio shuar es shuares.
Recordemos por qué está bien pedir «un vaso con agua»
Las preposiciones son elementos de enlace que subordinan un sustantivo o un grupo nominal a otro grupo. En la oración «un vaso con agua», «vaso» es el sustantivo regente o núcleo (el elemento del que depende el grupo); y «agua», por estar precedido de la preposición, es el elemento regido o subordinado. Es el término de la preposición, es el que indica el contenido del vaso.
Las preposiciones son elementos de enlace que subordinan un sustantivo o un grupo nominal a otro grupo. En la oración «un vaso con agua», «vaso» es el sustantivo regente o núcleo (el elemento del que depende el grupo); y «agua», por estar precedido de la preposición, es el elemento regido o subordinado. Es el término de la preposición, es el que indica el contenido del vaso.
Por lo tanto, «un vaso con agua» es una construcción correcta, así como también lo es «un vaso de agua»; pues la preposición «de», aparte de emplearse para mencionar la materia con que se ha elaborado algo, también indica contenido, al igual que la preposición «con».
Otros ejemplos: Una cucharada de azúcar o una cucharada con azúcar. Una taza de leche o una taza con leche. Un plato de arroz o un plato con arroz. (Este último segmento se trató en La esquina del idioma del 21 de julio del 2013).
FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2001), Diccionario panhispánico de dudas(2005), Nueva gramática de la lengua española (2009) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Diccionario de la lengua española (2001), Diccionario panhispánico de dudas(2005), Nueva gramática de la lengua española (2009) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Carolee Clark, tomada del blog Carolee S. Clark, Painter
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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