Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
A propósito de dos articulillos que escribí hace poco sobre las construcciones "Voy A POR pan", "Vengo A POR mi paraguas", "Salgamos A POR …", un curioso lector me pregunta qué dice de ellas el Diccionario de dudas editado por nuestras academias el año 2005 (hace muy poquito …). Pues el Diccionario de dudas nos dice lo siguiente:
En primer lugar, que "el uso de esta secuencia preposicional [A + POR] pospuesta a verbos de movimiento como ir, venir, salir, etc., con el sentido de «en busca de», se percibe como anómalo en el español de América, donde se usa únicamente por". Y nos propone un ejemplo extraído del libro La casta divina. Historia de una narcodedocracia. Novela sobre la impunidad presidencial (1995), del mexicano Felipe Victoria Cepeda: "voy POR hielo y cervezas a la tienda".
En segundo lugar, el Diccionario panhispánico de dudas matiza un tanto las aseveraciones de Manuel Seco, que citamos en una de nuestras anteriores entregas, y las de otros académicos. Nos dice textualmente: "En España alternan ambos usos, aunque en la norma culta goza de preferencia el empleo de por". Y nos regala estos dos ejemplos, uno de cada uso:
"¿Qué haces ahí? ¡Vete por el medicamento, por Dios!" (del escritor español Juan Pedro Aparicio en su texto Retratos de ambigú [1989]).
"—¿Te vas? […] —Sí, bajo a por tabaco" (de la conocida Carmen Martín Gaite, en Fragmentos de interior [1976]). Coincide el citado Diccionario con los anteriores preceptistas, y con las razones que aquellos aducen: "En realidad, no hay razones para censurar el uso de a por, pues en la lengua existen otras agrupaciones preposicionales, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc., perfectamente normales".
En primer lugar, que "el uso de esta secuencia preposicional [A + POR] pospuesta a verbos de movimiento como ir, venir, salir, etc., con el sentido de «en busca de», se percibe como anómalo en el español de América, donde se usa únicamente por". Y nos propone un ejemplo extraído del libro La casta divina. Historia de una narcodedocracia. Novela sobre la impunidad presidencial (1995), del mexicano Felipe Victoria Cepeda: "voy POR hielo y cervezas a la tienda".
En segundo lugar, el Diccionario panhispánico de dudas matiza un tanto las aseveraciones de Manuel Seco, que citamos en una de nuestras anteriores entregas, y las de otros académicos. Nos dice textualmente: "En España alternan ambos usos, aunque en la norma culta goza de preferencia el empleo de por". Y nos regala estos dos ejemplos, uno de cada uso:
"¿Qué haces ahí? ¡Vete por el medicamento, por Dios!" (del escritor español Juan Pedro Aparicio en su texto Retratos de ambigú [1989]).
"—¿Te vas? […] —Sí, bajo a por tabaco" (de la conocida Carmen Martín Gaite, en Fragmentos de interior [1976]). Coincide el citado Diccionario con los anteriores preceptistas, y con las razones que aquellos aducen: "En realidad, no hay razones para censurar el uso de a por, pues en la lengua existen otras agrupaciones preposicionales, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc., perfectamente normales".
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
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