La cantante ecuatoriana que radica en México se presentó recientemente junto al argentino Áxel, en el Teatro Ananyasí, de Panamá, país donde su nombre continúa vigente.
Es la segunda vez que visita Guayaquil en lo que va del año.
Su anterior arribo, a principios de mayo, pasó desapercibido, pues apenas permaneció 15 días debido a la gripe porcina que azotaba a México para esa fecha. En esta ocasión su estadía es por placer y se extiende por más de un mes.
La imagen de Pamela Cortés dista mucho de la ex “Paquita” de Xuxa, en los 90, pero conserva la sonrisa traviesa y esos ojos vivaces tan característicos de aquella “Pamelita”.
Nos citamos con ella en una conocida cafetería de Urdesa, su rincón favorito cuando llega al Puerto Principal. Mientras tomaba su capuchino y ordenaba una humita, Pamela, a quien no se le ha pegado el acento mexicano, nos comenta de Cristales rotos, el quinto disco de su carrera y grabado enteramente en la nación norteña.
De esta producción compuesta por 10 canciones, 9 son de su autoría y en algunas de estas colaboró su hermano Claudio.
El sugestivo nombre del álbum responde -según Pamela- a que en algunas ocasiones le rompieron el corazón. “Lo que pasa con los compositores es que nosotros publicamos por lo que sentimos, pero en el corazón no hay reglas ni leyes”.
A la hora de morir por alguien, afirma que lo haría únicamente por su familia, pero cuando le preguntamos si lo hiciera por una pareja, ella responde: “No lo sé, no he llegado a ese punto, pero no lo haría por despecho”.
Mientras saborea con gusto la humita, denota alegría de verse con sus amigas más tarde, entre las que se encuentra Flor María Palomeque.
“Nos reunimos y hacemos cangrejadas o desayunos.
Conversamos largamente. Cada vez que vengo a Guayaquil no me resisto a los cangrejos y al encebollado, los como de cajón; también el sánduche de chancho y la humita con su buen café. Por suerte digiero mucho y no engordo. Debería rodar, soy buen diente”, manifiesta entre risas, aclarando que su organismo se mantiene bien, comiendo cinco veces al día.
La intérprete de Dicen retomó la gimnasia hace 2 meses, pero no se priva de nada a la hora de dar gusto al paladar. “En México todo es delicioso, me encantan los tacos y hay una amplia variedad de estos, como los de gusanito de maguey que son una delicia. Amo las tortillas y el guacamole”.
De esta producción compuesta por 10 canciones, 9 son de su autoría y en algunas de estas colaboró su hermano Claudio.
El sugestivo nombre del álbum responde -según Pamela- a que en algunas ocasiones le rompieron el corazón. “Lo que pasa con los compositores es que nosotros publicamos por lo que sentimos, pero en el corazón no hay reglas ni leyes”.
A la hora de morir por alguien, afirma que lo haría únicamente por su familia, pero cuando le preguntamos si lo hiciera por una pareja, ella responde: “No lo sé, no he llegado a ese punto, pero no lo haría por despecho”.
Mientras saborea con gusto la humita, denota alegría de verse con sus amigas más tarde, entre las que se encuentra Flor María Palomeque.
“Nos reunimos y hacemos cangrejadas o desayunos.
Conversamos largamente. Cada vez que vengo a Guayaquil no me resisto a los cangrejos y al encebollado, los como de cajón; también el sánduche de chancho y la humita con su buen café. Por suerte digiero mucho y no engordo. Debería rodar, soy buen diente”, manifiesta entre risas, aclarando que su organismo se mantiene bien, comiendo cinco veces al día.
La intérprete de Dicen retomó la gimnasia hace 2 meses, pero no se priva de nada a la hora de dar gusto al paladar. “En México todo es delicioso, me encantan los tacos y hay una amplia variedad de estos, como los de gusanito de maguey que son una delicia. Amo las tortillas y el guacamole”.
Es que el arte culinario es otra de las cualidades de Pamela Cortés, cuya sazón es reconocida por quienes la conocen a la hora de elaborar platos chilenos, peruanos ecuatorianos o mexicanos.
“El otro día hice una cazuela de pescado riquísima. Estoy consciente de lo que llevo a mi estómago. Si un día como dulces sé que al siguiente no podré hacerlo, tendré que bajarlos. Pero entiendo que a un migrante le resulte tentador el arroz con menestra, carne frita y patacones, y convertirse en un marrano completo” (risas).
Retomando su carrera en la tierra del tequila, señala que en el último año pudo explotar su carrera como compositora en Televisa. Melodías como No quiero y Te extraño, que se desprenden de Cristales rotos, sonaron en producciones como Alma de Hierro, que obtuvo el premio a Mejor Telenovela 2008 en México.
Aunque supimos que Pamela vive en Polanco, una de las zonas más exclusivas del DF (antes vivía en La Condesa), es de quienes deja su auto parqueado para subirse al metro o a un bus que la lleve al centro. “Es chévere, lo sigo haciendo porque disfruto conocer todos los lados y rincones en la ciudad donde vivo”.
Amante del arte mexicano, una de sus artistas favoritas es la célebre pintora Frida Kahlo. Tuvo la oportunidad de tratar a algunos de sus parientes.
“Ellos mantienen vivo su legado. Han sacado productos como el tequila Frida Kahlo. El año pasado acudí a una exposición en el Palacio de Bellas Artes, donde se exhibieron las cartas que intercambió con Diego Rivera durante el tiempo que fueron pareja. Empecé a llorar con el contenido de esas misivas y pensando que por ahí pasaron sus manos. La admiré de toda la vida. Mi mamá también rompió en llanto al momento de tocar sus collares”.
Siendo también una apasionada del folclor latinoamericano, no descarta la idea de grabar un disco de rancheras, siempre y cuando “me dé la raza”.
Géneros como el pasillo, el bolero y la salsa forman parte de su música predilecta.
“El otro día hice una cazuela de pescado riquísima. Estoy consciente de lo que llevo a mi estómago. Si un día como dulces sé que al siguiente no podré hacerlo, tendré que bajarlos. Pero entiendo que a un migrante le resulte tentador el arroz con menestra, carne frita y patacones, y convertirse en un marrano completo” (risas).
Retomando su carrera en la tierra del tequila, señala que en el último año pudo explotar su carrera como compositora en Televisa. Melodías como No quiero y Te extraño, que se desprenden de Cristales rotos, sonaron en producciones como Alma de Hierro, que obtuvo el premio a Mejor Telenovela 2008 en México.
Aunque supimos que Pamela vive en Polanco, una de las zonas más exclusivas del DF (antes vivía en La Condesa), es de quienes deja su auto parqueado para subirse al metro o a un bus que la lleve al centro. “Es chévere, lo sigo haciendo porque disfruto conocer todos los lados y rincones en la ciudad donde vivo”.
Amante del arte mexicano, una de sus artistas favoritas es la célebre pintora Frida Kahlo. Tuvo la oportunidad de tratar a algunos de sus parientes.
“Ellos mantienen vivo su legado. Han sacado productos como el tequila Frida Kahlo. El año pasado acudí a una exposición en el Palacio de Bellas Artes, donde se exhibieron las cartas que intercambió con Diego Rivera durante el tiempo que fueron pareja. Empecé a llorar con el contenido de esas misivas y pensando que por ahí pasaron sus manos. La admiré de toda la vida. Mi mamá también rompió en llanto al momento de tocar sus collares”.
Siendo también una apasionada del folclor latinoamericano, no descarta la idea de grabar un disco de rancheras, siempre y cuando “me dé la raza”.
Géneros como el pasillo, el bolero y la salsa forman parte de su música predilecta.
Respecto a su corte de pelo, enfatiza que carece de algún concepto y no tiene nada que ver con el estilo Emo, pues menciona que su cabello no lo tiene pegado a la frente.
“Simplemente tuve ganas de cubrirme la mitad del rostro, el cuello y la oreja.
Disfruté hacerlo. Puede que me cambie de look más adelante. Me pongo tratamientos hidratantes, y para lograr el peinado de ahora me sometí a alisados permanentes para que el cabello tenga su caída y así evitar los rizos, pero no lo hago más porque -como te digo- cambiaré mi apariencia”.
Pamela es de las mujeres que jamás madruga. Se levanta usualmente a las 10:00, dependiendo de la agenda de trabajo que haya mantenido el día anterior. Conserva todo lo que hizo en Ecuavisa en su época de El Rincón de los Bajitos.
“En este instante no me llama la atención conducir un espacio en la televisión. Pero sí quiero actuar, he hablado al respecto con varios directivos, solo que la prioridad en este instante es componer. Me encantaría que algún día Ednita Nazario, Alejandra Guzmán o Gloria Trevi interpretaran algunos de mis temas. Las madrugadas y las noches lluviosas son las de mayor inspiración para mí.”.
Sentimentalmente, Pamela está sin pareja, pero asegura que su prototipo de hombre apunta a aquel que le demuestre confianza y apoyo.
“Me agradan los tipos con carácter, pero no los mandones ni dominantes, ahí sí que no, los echo enseguida. Físicamente no me importa si son gordos, flacos, altos o bajos. Primero me enamoro de su personalidad y después los veo bonitos. Sigo esperando a esa persona; si hubiera aparecido, estaría casada y encargando un bebé.
“Simplemente tuve ganas de cubrirme la mitad del rostro, el cuello y la oreja.
Disfruté hacerlo. Puede que me cambie de look más adelante. Me pongo tratamientos hidratantes, y para lograr el peinado de ahora me sometí a alisados permanentes para que el cabello tenga su caída y así evitar los rizos, pero no lo hago más porque -como te digo- cambiaré mi apariencia”.
Pamela es de las mujeres que jamás madruga. Se levanta usualmente a las 10:00, dependiendo de la agenda de trabajo que haya mantenido el día anterior. Conserva todo lo que hizo en Ecuavisa en su época de El Rincón de los Bajitos.
“En este instante no me llama la atención conducir un espacio en la televisión. Pero sí quiero actuar, he hablado al respecto con varios directivos, solo que la prioridad en este instante es componer. Me encantaría que algún día Ednita Nazario, Alejandra Guzmán o Gloria Trevi interpretaran algunos de mis temas. Las madrugadas y las noches lluviosas son las de mayor inspiración para mí.”.
Sentimentalmente, Pamela está sin pareja, pero asegura que su prototipo de hombre apunta a aquel que le demuestre confianza y apoyo.
“Me agradan los tipos con carácter, pero no los mandones ni dominantes, ahí sí que no, los echo enseguida. Físicamente no me importa si son gordos, flacos, altos o bajos. Primero me enamoro de su personalidad y después los veo bonitos. Sigo esperando a esa persona; si hubiera aparecido, estaría casada y encargando un bebé.
TEXTO: Santiago San Miguel P.
FOTOS: Gerardo Menoscal / EXPRESO y Cortesía
FOTOS: Gerardo Menoscal / EXPRESO y Cortesía
Texto tomado de: Diario Expreso
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