Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
En un artículo anterior hablábamos de los incisos (esa especie de cuñas que introducimos en el interior de una oración, separando al sujeto de su predicado). Tales incisos van entre comas. Y pusimos algunos ejemplos. Ampliemos un poco el tratamiento de los incisos.
En un inciso damos, por ejemplo, una explicación o un comentario, o también proporcionamos un dato al lector: En aquel terremoto, el más terrible de cuantos hubo en aquella región, todos los habitantes quedaron sin techo.
También ponemos entre comas el inciso en el que mencionamos al autor de una frase, de una obra. Los oficios y grandes cargos, decía Don Quijote a Sancho, no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones. (cfr. Quijote, II, 42)
Separamos con una coma la oración coordinada adversativa, introducida por las conjunciones pero, mas, aunque, sino, de la oración principal:
"Le dio muy buenos consejos, pero ni un centavo. Y en tanto, tenedlos vos, compadre, en vuestra casa, mas no los dejéis leer a ninguno" (Quijote, I, 6). Es inteligente, aunque bastante tímido. "Que al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas comoquiera, sino el saberlas bien gastar". (Quijote, II, 6)
También situamos una coma delante de oraciones consecutivas introducidas por conque, así que, de manera que: Ya te lo advertí, conque no me vengas ahora con excusas. "Y nací, según me inclino a las armas, debajo de la influencia del planeta Marte, así que casi me es forzoso seguir por su camino" (Quijote, II, 6). "Quienquiera que fue tuvo lugar de llegar y suspenderme sobre cuatro estacas que puso a los cuatro lados de la albarda, de manera que me dejó a caballo sobre ella y me sacó debajo de mí al rucio sin que yo lo sintiese" (Quijote, II, 4).
Dibujo de: Raena, tomada del blog Raena's Sketch Journal
Quito, Ecuador
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
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