La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
La palabra «estatuto» es un nombre masculino. Por esa particularidad no cambia el género, pero sí admite su empleo en plural; sobre todo, cuando tiene carácter genérico. Ejemplo: «En Derecho Internacional Privado, el sistema de los estatutos está integrado por el régimen propuesto...» (Cabanellas, 1993).
Si partimos del ámbito legal e, incluso, semántico, la palabra «estatuto» podría funcionar también como nombre colectivo. Y, desde este punto de vista, el plural resultaría redundante. Veamos por qué.
Las acepciones de este sustantivo apuntan al reglamento, ordenanza, régimen jurídico o conjunto de leyes; por lo tanto, es suficiente con decir «el estatuto» para captar perfectamente la idea de un conjunto de normas, artículos u otras disposiciones legales. Ejemplos:
El Estatuto de Roma; Estatuto del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; Estatuto de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Según estas reflexiones, la elección del plural o del singular dependerá del emisor y, por supuesto, del contexto.
¿Es «vía telefónica» o «por vía telefónica»?
La palabra «vía» se usa como preposición cuando antecede a un sustantivo y significa ‘pasando por’ o ‘empleando el medio que se indica’. Ejemplo: Llegó al Ecuador vía Colombia.
La palabra «vía» se usa como preposición cuando antecede a un sustantivo y significa ‘pasando por’ o ‘empleando el medio que se indica’. Ejemplo: Llegó al Ecuador vía Colombia.
La preposición «por» debe preceder a «vía» cuando esta palabra acompaña a un adjetivo y denota ‘el modo o el medio que se usa para un traslado o una comunicación’. Ejemplo: Por vía telefónica se convocó a los asambleístas. (F)
FUENTES:
Diccionario panhispánico de dudas (2005), Nueva gramática de la lengua española (2009), Ortografía de la lengua española (2010) y Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Diccionario jurídico elemental (1993), de Guillermo Cabanellas de las Cuevas.
Diccionario panhispánico de dudas (2005), Nueva gramática de la lengua española (2009), Ortografía de la lengua española (2010) y Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Diccionario jurídico elemental (1993), de Guillermo Cabanellas de las Cuevas.
Dibujo de: Thomas Thorspecken, tomada del blog
Analog Artist Digital World
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador
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