sábado, 27 de julio de 2013

Los niños con los niños

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
Academia Ecuatoriana de la Lengua
Cuando éramos pequeños repetíamos aquella cantilena: "Los niños con los niños, las niñas con las niñas". Recuerdo esto a propósito de la extraña costumbre que se ha ido introduciendo recientemente de desdoblar los nombres "genéricos" en sus correspondientes nombres "específicos": los ciudadanos y las ciudadanas, los hombres y las mujeres, los profesores y las profesoras, los médicos y las médicas, etc, etc. 

Esta extraña costumbre ha provocado sátiras, chistes, ácidos comentarios, generalmente desfavorables. En esta columna trataremos el asunto desde el punto de vista estrictamente idiomático y cultural (porque detrás del asunto hay un problema de cultura …).

Las autoridades de nuestra lengua nos dicen al respecto: "Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto". Parece que está clara la cosa: en español el masculino abarca la designación de todos los individuos de una clase, de una especie, SIN DISTINCIÓN DE SEXOS. Por tanto, cuando digo que "El hombre es un animal racional", me estoy refiriendo, no solo a los varones, sino a todos los miembros de la especie humana, sin distinción ni discriminación alguna.

Hay otras lenguas por ejemplo, el alemán donde existe un nombre genérico para todos los individuos humanos: der Mensch (que por cierto es masculino en esa lengua…). Y existe un nombre específico para los varones: der Mann/ y uno también específico para la mujer: die Frau. En español, lo repito, hombre significa tanto persona humana del sexo masculino como del sexo femenino.
Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones 
Quito, Ecuador

sábado, 20 de julio de 2013

¿Súper holgazán o superholgazán?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
«Súper» es palabra independiente y va con tilde cuando se usa como acortamiento de 'supermercado' (sustantivo) o con el significado de 'gasolina de óptima calidad' (adjetivo y sustantivo): Iré al súper a comprar víveres. Gasolina súper; Se restringió la venta de la súper.

También es elemento autónomo cuando denota que algo o alguien es 'superior o magnífico' (adjetivo): Pedro es un cliente súper; Tengo una idea súper.

Con las características anteriores suele aplicarse como adverbio con el sentido de 'muy bien' o 'magníficamente': Pasamos súper en la playa.

En los demás casos es elemento compositivo, va sin tilde y debe atenerse a las normas de escritura de los prefijos.

Por las razones expuestas, para que «súper» se escriba separado y con tilde tiene que funcionar como equivalente de 'superior', 'magnífico' o 'magníficamente'.

Construyamos una oración con «súper holgazán» y veamos si pasa la prueba: Juan es súper holgazán. Sustituyamos «súper» por las voces equivalentes: Juan es superior holgazán, magnífico holgazán o magníficamente holgazán. Se capta enseguida que la sustitución no es posible.

Este ejercicio determina que en esa frase «súper» no debe tener independencia, pues se trata de un elemento compositivo prefijo. Recordemos que los prefijos se unen a la base cuando esta es simple o univerbal; por lo tanto, la oración queda así: Juan es superholgazán.

No olvidemos que el elemento compositivo prefijo «super-» se une a adjetivos y adverbios para añadir un valor superlativo (superinteligente); también forma vocablos compuestos que denotan exceso (superproducción), superioridad o excelencia (superhermano).

Y ahora que tenemos claro el uso de «súper» y «super-», regresemos a los ejemplos del segundo párrafo: Pedro es un cliente súper; Tengo una idea súper. En estos casos debemos tener presente que si «súper» se antepone a los sustantivos a los que califica, deja de ser adjetivo y se convierte en elemento compositivo; por lo tanto debe soldarse a la base: Pedro es un supercliente; Tengo una superidea.

La preposición «a» y el complemento directo
Partamos de un ejemplo: Carlos dibujó a su escuela y varios niños que jugaban. Esta oración tiene problemas de sintaxis, veamos por qué:

Aunque hay excepciones, la preposición «a» suele usarse para introducir un complemento directo (CD) referido a persona; también, ante nombre propio de animal o referente específico animado. La preposición no debe constar cuando el CD es de cosa, a no ser que el contexto transmita ambigüedad. Por lo tanto, la oración planteada debe construirse así: Carlos dibujó su escuela y a varios niños que jugaban.

Captemos que la preposición no está en la primera parte del enunciado porque «su escuela» es un CD de cosa; pero aparece en la segunda parte porque «varios niños que jugaban» constituye un CD de persona.

FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA; GRAMÁTICA DIDÁCTICA DEL ESPAÑOL, DE LEONARDO GÓMEZ TORREGO.
Pintura de: Andre Deymonaz, tomada del blog negis art 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

sábado, 13 de julio de 2013

¿Dónde va la tilde en «adiooooos»?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Por razones expresivas, en los casos en que se desee transmitir la pronunciación sostenida de una vocal, la tilde se debe repetir en todas las vocales si es que la palabra respectiva se escribe con acento gráfico. Por ejemplo: Adióóóóóós, no te quieroooo ver máááás aquíííí. Hay que puntualizar que estos casos se dan en contextos especiales como en diálogos, novelas, cuentos y escritos de similares características, en los que se reflejan afectos o pasiones del ánimo.

Las siglas que se deletrean se escriben con mayúsculas sostenidas
La norma ortográfica indica que las siglas que tienen más de cuatro letras y se leen de corrido pueden escribirse con mayúscula inicial: Unesco, Biess, Conatel. Pero cuando se deletrean deben escribirse con mayúsculas sostenidas: CCCCRG (Comité Central de Comunidades Campesinas de Río Grande); CNTTTSV (Comisión Nacional de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial); ATPDEA (Sistema de Preferencias Arancelarias Andinas).

Interiorícese que siglas como *Atpdea, *Ccccrg o *Cntttsv son prácticamente impronunciables, a no ser que se las deletree. Y si pasan por esta lectura de letra por letra, deben cumplir con la norma ortográfica.

¿EL ALBA O LA ALBA?
También hay que tener presente que el núcleo de la sigla marca el género del artículo o determinante. Este núcleo generalmente está al inicio de la sigla. En ALBA, la A corresponde a 'alianza', por esta razón el artículo debe ir en femenino: ...países de la ALBA.

Esto constituye una excepción de la regla que recomienda usar el artículo en masculino cuando la palabra que sigue empieza por /a/ tónica, como el sustantivoalba (amanecer): el alba, no la alba.

Cerviz y cérvix
Los vocablos cerviz (palabra aguda) y cérvix (grave) comparten la misma raíz latina (cervix), pero tienen significados diferentes.

Cerviz es la nuca u occipucio (parte de la cabeza que se une con las vértebras del cuello); cérvix es el cuello uterino.

Recuérdese que el contexto da las pistas para elegir la palabra apropiada, sobre todo, cuando se usan parónimos.

Al interior de
La secuencia «al interior de» es un galicismo. Se recomienda su empleo cuando transmite el sentido de movimiento o dirección (los asambleístas se dirigieron al interior del museo-mausoleo de Eloy Alfaro). 

Se aconseja que se use «en el interior de» para transmitir la idea de 'en la parte de dentro' o 'en el seno de un organismo o institución' (...en el interior de la Asamblea Nacional no hay consenso...).

FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2001), DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS (2005), ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2010) Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (2009), DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Pintura de: Sergey Ignatenko, tomada del blog negis art 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

miércoles, 10 de julio de 2013

Combinar y convinar

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
Academia Ecuatoriana de la Lengua

Un amable lector me pide que comente esta frase de una periodista nuestra: "¿Con qué aretes convino?" (la frase completa sería -supongo- esta: "¿Con qué aretes convino* estas prendas?"). 

Le pongo el asterisco a CONVINO, porque tal palabra no existe en español. A juicio de mi amable lector, la periodista en cuestión cometió un "horror" ortográfico: en vez de escribir COMBINO (del verbo COMBINAR), escribió CONVINO (del verbo CONVENIR) que en este contexto es, desde luego, inaceptable. 

No es la primera vez que me encuentro con esta llamativa falta de ortografía. He visto las formas CONVINABA*, CONVINARÉ*, CONVINARÍA*, HEMOS CONVINADO*. La frecuencia de tales errores delata el poco cuidado que muchos de nuestros maestros y sus respectivos pupilos ponen en el grave asunto del hablar y escribir con corrección.

De una vez por todas: COMBINAR es el verbo que en español significa "unir cosas diversas, de manera que formen un compuesto o agregado". Y son formas de tal verbo COMBINABA, COMBINARÉ, COMBINARÍA, HEMOS COMBINADO. Parientes morfológicos de este verbo y sus diversas formas son los vocablos (nombres y adjetivos) COMBINABLE, COMBINACIÓN, COMBINADA, COMBINADO, COMBINATORIO. Distinto en forma y en significación es el verbo CONVENIR, tremendamente irregular: CONVENGO, CONVIENES, CONVENIMOS, CONVINE, CONVENDRÉ, CONVENDRÍA. Convenir es "ser de un mismo parecer y dictamen", y también "dicho de varias personas: acudir o juntarse en un mismo lugar".

Dibujo de: Eduardo Salavisa, tomada del blog desenhador do quotidiano
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

sábado, 6 de julio de 2013

Queísmo y dequeísmo

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Él dijo de que...; Yo creo de que...
En esas frases hay dequeísmo. Recordemos que una frase tiene dequeísmo cuando se usa innecesariamente la preposición «de» entre el verbo y la conjunción «que». Por lo tanto, hay dequeísmo cuando la sintaxis de la frase no exige la secuencia «de + que». 

Y contrario a eso, hay queísmo cuando se omite una preposición, generalmente «de», en contextos en que es necesaria la secuencia «de + que» u otras fórmulas de preposición + que.

PAUTAS PARA IDENTIFICAR EL QUEÍSMO Y DEQUEÍSMO
1) Hay que convertir la expresión que nos hace dudar en frase interrogativa. Si necesitamos la preposición «de» para hacer la pregunta, en la frase de nuestra duda también se empleará esta preposición.

2) Otro método para reconocer el error consiste en sustituir la oración subordinada sustantiva por un pronombre demostrativo (eso, esto...). Hay que tener presente que la frase subordinada empieza con la conjunción «que». Por lo tanto, aunque suene reiterativo, todo el texto que está a partir de la conjunción se reemplaza por un demostrativo.

Bien. Ya estamos listos para aplicar estas recomendaciones en las frases de la consulta:

Al transformar a interrogativa la frase «él dijo de que...», se obtiene una pregunta inconsistente: «¿de qué dijo él?». Y al usar el otro método (reemplazo de la conjunción por un demostrativo) se ratifica la irregularidad de la frase, pues no es congruente decir «él dijo de eso...».

Al hacer las mismas pruebas con el otro caso se ratifican los problemas anteriores. Frase original: «Yo creo de que...». Al cambiarla a interrogativa queda esto: «¿de qué yo creo?» (construcción anómala), y al sustituir la conjunción por el pronombre demostrativo se confirma el problema: «yo creo de eso» (construcción agramatical).

Las pruebas anteriores dejan claro que en los dos ejemplos presentados hay dequeísmo; por lo tanto, se debió estructurar las frases sin las preposiciones: «él dijo que...» y «yo creo que...».

Ahora practiquemos con una oración que tenga queísmo: «Lo convencí que fuera al cine con su novia».

No es congruente preguntar «¿qué lo convencí?» (prueba 1); tampoco está bien decir «lo convencí eso» (prueba 2). Pero es lógico plantear la interrogante con la preposición: «¿de qué lo convencí?», y la respuesta consecuente es «lo convencí de que fuera al cine con su novia».

Cerremos la práctica con una reflexión: Antes de usar la secuencia de + queanalicemos bien la sintaxis de la frase para estar seguros de que requiere o no la preposición.

Pese a que el dequeísmo y el queísmo se registran con frecuencia en el lenguaje oral de algunos países, no tienen prestigio en el ámbito culto del español actual.

FUENTES: DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA; DICCIONARIO DEL USO CORRECTO DEL ESPAÑOL EN EL ECUADOR, DE SUSANA CORDERO DE ESPINOSA.
Pintura de: Irit Bourla, tomada del blog Paintings By Irit Bourla
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
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